Las calificaciones de mi hijo son bajas. ¿Vale la pena ayudarlo a entrar a una carrera universitaria de cuatro años?

Las calificaciones y los puntajes del SAT  de mi hijo  son bastantes bajos. ¿Vale la pena intentar que lo admitan en una carrera universitaria de cuatro años?

Al igual que todos los padres/madres usted quiere que su hijo desarrolle su máximo potencial, pero también quiere protegerlo de los rechazos. Es por eso que recomiendo que considere varios factores cuando esté decidiendo si debería solicitar ser admitido a una universidad en particular:

  • ¿Tiene su hijo probabilidades de ser aceptada?

  • ¿Podrá su hijo manejar las exigencias académicas si la universidad le brinda suficiente apoyo?

  • ¿Cuando su hijo se gradúe, esa experiencia le habrá dado algo valioso?

Antes de empezar a buscar la universidad apropiada para su hijo, hágase algunas preguntas.

¿Las bajas calificaciones o los puntajes de los exámenes de su hijo reflejan su verdadero potencial académico?

¿Son bajas debido a sus dificultades de aprendizaje y de atención? ¿O son un reflejo de la falta de esfuerzo?

Las universidades que ofrecen carreras de cuatro años varían de las que son muy selectivas (muy pocos solicitantes son aceptados) a las que tienen inscripción abierta (todos los solicitantes que cumplen los requisitos básicos son aceptados). Algunos de los mejores programas de apoyo para los jóvenes con dificultades de aprendizaje y de atención se ofrecen en las universidades con carreras de cuatro años. Si su hijo está muy motivado y va a una universidad que tiene un buen programa de apoyo, probablemente le va a ir bien.

Sin embargo, si las calificaciones son bajas debido a la falta de esfuerzo, la pregunta sobre solicitar ser admitido a la universidad es complicada. Visitar una universidad podría ayudarla a ampliar sus horizontes y motivarla a esforzarse.

¿Todas sus calificaciones son bajas, o hay asignaturas en las que le va bien?

¿Tiene talentos especiales que no están necesariamente reflejados en sus calificaciones, como música, arte, deportes, drama o tecnología?

Resaltar las aptitudes y talentos de su hijo puede aumentar sus posibilidades de entrar a una universidad selectiva que ofrezca programas de cuatro años. Elegir cuándo y cómo hablar sobre sus dificultades de aprendizaje y de atención durante el proceso de admisión también puede influenciar sus probabilidades de ser aceptado.

Los intereses de su hijo podrían además dirigirlo hacia algunas universidades con especialidades que hacen mucho énfasis en las audiciones o en los portafolios. De cualquier manera, su hijo tendrá que convencer a los funcionarios de admisión que será capaz de lidiar con el componente académico.

Vele la pena notar que muchas universidades no requieren que los solicitantes presenten los puntajes del SAT o del ACT. Esta es una lista de esas universidades.

¿Su hijo quiere asistir a una universidad?

¿Aprovechará los programas de apoyo ofrecidos por la universidad? Para los jóvenes con dificultades de aprendizaje y de atención, tener éxito en la universidad a menudo depende de su habilidad para acceder a su sistema de apoyo.

Las que su hijo está recibiendo en bachillerato no va a obtenerlas automáticamente en la universidad. En la mayoría de los casos, su hijo tendrá que solicitar esos apoyos. Las universidades probablemente estarán de acuerdo en ofrecer las adaptaciones, pero su hijo necesitará iniciar la conversación.

¿Su hijo quiere vivir en el campus de la universidad?

¿Será capaz de funcionar eficazmente viviendo lejos de casa además de tener que manejar las crecientes exigencias académicas de la universidad?

Para muchos estudiantes con dificultades de aprendizaje y de atención, el hecho de no tener que enfrentar los desafíos de estar lejos de su casa durante el primer año en la universidad puede ser beneficioso. Una opción es que su hijo se inscriba algunos cursos en un colegio universitario comunitario (instituciones de educación superior con programas de dos años) cercano para que ambos vean cómo se desempeña.

La matrícula de un colegio universitario comunitario tiende a costar mucho menos que la de una universidad.

Un año en un colegio universitario comunitario puede permitir a su hijo continuar trabajando con personal que la apoye, como tutores y terapeutas con los que ya tiene una buena relación. Al mismo tiempo, usted puede ayudarlo a desarrollar más destrezas para que viva independientemente, como aprender a manejar sus gastos y ocuparse de lavar su ropa.

¿Pueden su hijo manejar toda la carga de asignaturas?

Las universidades con programas de cuatro años solamente permiten vivir en su campus a los estudiantes a tiempo completo. Los estudiantes que asisten a los colegios universitarios comunitarios pueden inscribir menos cursos y ver cómo les va.

Tenga presente que las universidades están muy interesadas en aceptar a los solicitantes que piden ser transferidos para así llenar las vacantes de los estudiantes que se van. El promedio nacional indica que el 25 por ciento de los estudiantes de primer año de universidad a tiempo completo no estudiarán el segundo año en la universidad donde empezaron. En la mayoría de los programas universitarios de cuatro años, los estudiantes pueden solicitar transferencia una vez que hayan completado el primer año (aproximadamente 24 créditos en el semestre).

Los programas de cuatro años también admiten a los estudiantes que solicitan transferencia de otra institución basándose solamente en el certificado de calificaciones de donde provienen. Esto significa que los encargados de las admisiones no pedirán los puntajes del SAT ni las calificaciones de bachillerato. Ellos solo quieren saber qué tan bien se ha desempeñado su hijo en cursos de nivel universitario.

Otra opción que puede conducir a ser aceptado en un programa universitario de cuatro años es si su hijo se toma un descanso de la actividad académica formal y se dedica a hacer trabajo voluntario durante un año. Las universidades lo llaman “año sabático” o “gap year”. Lo que su hijo haga durante ese año puede mejorar su solicitud de admisión a la universidad. Algunos estudiantes utilizan parte del año tomando cursos individuales a nivel universitario para demostrar que son capaces de estudiar en la universidad.

Mientras usted y su hijo piensan sobre sus opciones, no deje de pedir sugerencias y opiniones al asesor académico de la escuela y a otros profesionales que conocen bien a su hijo. Existen también asesores privados que se especializan en ayudar a los estudiantes con necesidades especiales que están considerando estudiar en la universidad. Sin embargo, tenga presente que esos asesores puede ser costosos, así que averigüe sus honorarios con antelación.

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