5 preguntas para Stan Gloss, empresario con dislexia

Stan Gloss es un empresario con dislexia que inició su primer negocio cuando tenía 11 años. Ahora es cofundador y CEO de BioTeam, una compañía multimillonaria que fabrica super computadoras para acelerar la investigación científica. Sus clientes incluyen National Institutes of Health, Biogen, Autism Speaks y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Al crecer, Gloss tuvo momentos difíciles en la escuela. Le pedimos que reflexionara sobre sus obstáculos y sus logros, cómo sus padres abogaron por él y por qué cree que hay tantos empresarios con dislexia.

1. ¿Cuándo fue diagnosticado con dislexia?

Fui diagnosticado en 1965. En ese tiempo no se escuchaba el diagnóstico de la dislexia. Mis problemas empezaron en 3º grado. Fue durante la transición entre aprender a leer y leer para aprender donde no pude seguir avanzando.

En la escuela las personas me etiquetaron como “tonto” y “holgazán” y me decían que “solo tenía que esforzarme más”. Yo me esforzaba lo más que podía. Mis escuelas no entendían cómo aprendía, por lo que no pude recibir la ayuda que necesitaba.

Mi madre creyó en mí y quiso encontrar respuestas. Movió cielo y tierra buscando a alguien que pudiera ayudarme y encontró al Dr. Charles Drake, un investigador de Harvard que estaba trabajando con las discapacidades de aprendizaje basadas en el lenguaje. Drake me diagnosticó con dislexia. Él también era disléxico.

Años más tarde, el Dr. Drake fundó la famosa Landmark School para las dificultades de aprendizaje como la dislexia. Desafortunadamente, fue demasiado tarde para mí.

2. ¿Cómo salió adelante en la escuela?

Si no puedes leer y quieres sobrevivir y estar al nivel de los chicos de tu clase, debes encontrar maneras creativas para hacer los deberes escolares.

Yo organicé grupos de estudio para aprender escuchando. Escribí mis propias guías de estudio que otros chicos me pedían prestadas. Trabajé tres veces más que mis compañeros solo para obtener una C de calificación. Mi esfuerzo no rindió frutos en la escuela pero más adelante dio resultado en los negocios.

Para desarrollar mi autoestima tenía que encontrar algo en lo que fuera bueno. Para mí resultó ser los negocios.

Inicié mi primer negocio cuando tenía 11 años, paleando nieve (como Daymond John el de Shark Tank, quien también tiene dislexia). En noviembre, antes de que cayera la nieve, fui de puerta en puerta y convencí a algunos propietarios de casas que me contrataran. Así que cuando nevó, ya tenía hechos todos mis contratos y ¡había eliminado la competencia!

Cuando me gradué del bachillerato me rechazaron de todas las universidades donde solicité ingresar debido a que mi SAT era demasiado bajo. Pero mi mamá fue muy inteligente. Sugirió que solicitara ingresar en un programa de dos años en terapia respiratoria en Northeastern College y así obtener un grado de asociado. Ellos me admitieron.

Para mí la universidad fue más sencilla que el bachillerato. Una vez que pude ver que lo que estaba aprendiendo se aplicaba a lo que hacía como terapeuta respiratorio, mis calificaciones mejoraron muchísimo. Cuando solicité ingresar a la universidad, fui aceptado y costearon la matrícula y mis gastos para vivir. A los que decían que nunca asistiría a la universidad, les demostré lo contrario.

3. ¿Cómo se convirtió en empresario?

Al finalizar la universidad enseñé terapia respiratoria en Quinnipiac University. Con mis antecedentes, pude conseguir varios empleos en el campo de los equipos médicos. Fue ahí donde descubrí que era realmente bueno en algo: ¡ventas!

En el ámbito de las ventas, la lectura no es tan importante como la comunicación. Y soy bueno para hablar con las personas y entender sus necesidades.

Con el tiempo, me moví al campo de la investigación en computación. La compañía para la que trabajé diseñaba sistemas computarizados para las ciencias biológicas. Eso incluye cualquier cosa desde genética hasta salud y bioingeniería.

En ese empleo trabajé con tres asesores increíbles. Cuando nos fuimos de la compañía fundamos BioTeam. Ese primer año, apenas hicimos dinero suficiente para seguir adelante. Pero cada año las utilidades de la compañía iban creciendo, lo hicimos bien. Eso fue hace 14 años.

4. ¿Por qué piensa que las personas con dislexia pueden ser grandes empresarios?

Pienso que la razón principal es que tener problemas en la escuela te enseña a innovar para sobrevivir. Tienes que descubrir una manera de hacer las cosas. Eso fue lo que yo hice.

Además, ser un empresario significa vivir inquieto. Las probabilidades de tener éxito son escasas y la posibilidad de fallar siempre está presente. Si usted tiene dislexia y tiene dificultad para leer, cada día en la escuela es un día en el que aprende a sentirse tranquilo estando incómodo. Y eso es imprescindible para un empresario.

Se dice que los grandes empresarios deben fracasar muchas veces para tener éxito. Bueno, yo había fracasado más veces cuando me gradué de bachillerato que lo que otras personas fallarán durante toda su vida.

Era espantoso tener problemas en la escuela, pero de cierta manera estoy agradecido por ello. Los logros fueron producto de las dificultades. Realmente me siento mal por las personas que aprendieron a leer fácilmente y que fueron los estudiantes perfectos. Me gusta pensar que ellos fueron privados de algo, no yo.

La adversidad que enfrenté en la escuela fue un maravilloso campo de entrenamiento para la vida de empresario, la cual no es fácil.

5. ¿Cuál es su consejo para las familias de chicos que desean ser empresarios?

Si su hijo o su hija tiene una idea para una compañía o un nuevo producto, haga que cree un prototipo de inmediato. No importa si solo es en papel. No importa si lo hace con cartón. Solo anímelo a que comience. Si su hijo o su hija quiere empezar un negocio de camisetas, consiga los materiales y empiecen a hacer las camisetas.

Hay mucho de qué hablar sobre planes de negocios para los jóvenes. Olvídelo. Si usted le dice a un chico con dislexia que está emocionado con algo que tiene que escribir un plan de negocios, se desanimará. Así que solo...empiece.

También le diría a los padres/madres que confíen en sus instintos. Ustedes conocen a sus hijos mejor que nadie. Identifique sus destrezas, qué les interesa, y haga que comiencen. Después elogie sus esfuerzos. Como mi padre diría, “¿estas calificaciones representan tu mayor esfuerzo?”. Cuando yo decía que sí, respondía: “Está bien”.

A los empresarios no se les mide por sus calificaciones. Se les mide por su esfuerzo.

Acerca del autor

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El equipo de Understood está integrado por entusiastas escritores, editores y moderadores de la comunidad en línea. Muchos de ellos tienen hijos que piensan y aprenden de manera diferente.

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