6 desafíos para los jóvenes con dificultades del procesamiento sensorial en la universidad

Por Amanda Morin

Revisado por experto Keri Wilmot

De un vistazo

  • La universidad presenta nuevos retos sensoriales para los jóvenes.

  • La vida en las dormitorios, comer en la cafetería y recibir clases en auditorios puede ocasionar una sobrecarga sensorial.

  • Solicitar un dormitorio individual o un dormitorio tranquilo es una estrategia que puede ayudar a su hijo.

Las dificultades del procesamiento sensorial pueden obstaculizar que los niños se hagan cargo de sus labores diarias. Para los niños en edad escolar esto puede incluir cosas como la autorregulación y los problemas relacionados con las clases.

Cuando los jóvenes van a la universidad enfrentan nuevos obstáculos relacionados con el procesamiento sensorial. La buena noticia es que, con algo de preparación, existen maneras de minimizarlos para que no sean un impedimento en el logro de sus metas.

Estos son algunos desafíos que enfrentan los jóvenes con dificultades del procesamiento sensorial al llegar a la universidad, y lo que pueden hacer para ayudarse.

Desafío 1: Dormitorios y compañeros de habitación

Por qué es difícil: Los jóvenes con dificultades del procesamiento sensorial pueden ser sensibles en exceso o carecer de sensibilidad a la estimulación sensorial. Y hay mucha información sensorial cuando se vive en un dormitorio y se tiene un compañero de habitación.

Por ejemplo, si su hijo es sensible a los olores, puede que le sea difícil compartir un baño con otras personas. Los diferentes tipos de jabones, desodorantes y perfumes pueden llegar a abrumarlo.

Algunos jóvenes puede que también tengan problemas para acostumbrarse a la textura del mobiliario del dormitorio. Pueden sentirse agobiados por la sobrecarga de ruidos y estímulos visuales que conlleva vivir en un dormitorio. Y tener a un compañero de habitación puede percibirse como una invasión del espacio personal.

Qué podría ayudar: Muchas universidades permiten que los estudiantes soliciten un cuarto individual si tienen algún motivo que le dificulte convivir con un compañero. Algunas universidades ofrecen “dormitorios silenciosos” que son un poco menos ruidosos que los que se encuentran localizados en otros edificios. Es buena idea que su hijo explique cuáles son sus necesidades a la oficina de vivienda y la oficina de servicios para discapacitados. Ellos pueden indicarle qué pueden hacerse en el lugar donde vive para ayudarlo a que se adapte mejor.

Su hijo puede llevar algunos muebles de su casa a la habitación ya que podría ayudarlo tener un escritorio o una silla que le gusta. También su vida en el dormitorio sea más llevadera, haciendo cosas como ducharse cuando el baño no esté ocupado o utilizar audífonos cuando esté estudiando.

Si va a compartir su habitación con otro estudiante y tiene la oportunidad de contactar a esa persona antes de que comiencen las clases, anímelo a que lo haga. De esa manera podrían hablar de las cosas que los preocupa a ambos. Por ejemplo, decidir qué cosas piensa traer cada uno a fin de que el espacio no se llene de objetos.

Desafío 2: Cambios en la rutina

Por qué es difícil: Los cambios pueden ser algo difícil para los jóvenes con dificultades del procesamiento sensorial. Puede que les cueste pensar de manera flexible y acostumbrarse a la universidad en lo que respecta a lo emocional y lo físico. Una nueva rutina significa acostumbrarse a un nuevo espacio, y esto puede ser complicado para los jóvenes que tienen dificultades propioceptivas porque los puede hacer sentir “desorientados” y ansiosos.

Qué podría ayudar: Anime a su hijo a prepararse y empezar a acostumbrarse a la nueva rutina. Hable con él acerca de lo que podría suceder y las cosas que lo preocupan. Podría intentar la práctica de la autorreflexión para reducir su ansiedad. Y recuérdele que reserve tiempo para realizar las actividades de la dieta sensorial que lo ayudan a regular su sistema sensorial.

Desafío 3: La cafetería

Por qué es difícil: La cafetería puede ser un ataque en todos los frentes sensoriales. Es ruidosa y está llena de gente. Puede que tenga luces brillantes y una mezcla de muchos olores de diferentes comidas. Y para los jóvenes que tienen aversiones o preferencias de ciertos tipos de comida, existe la preocupación adicional de si habrá algo que puedan comer.

Qué podría ayudar: Sugiera a su hijo que hable con el servicio de comidas acerca de sus opciones alimenticias. Puede preguntar en qué otro lugar del campus puede comer, qué ofrece cada lugar y las horas en las que esos lugares están menos concurridos. Puede que usted prefiera que tenga una nevera pequeña en su habitación para tener a mano cosas de comer que le gusten.

Desafío 4: Salones de clase

Por qué es difícil: Muchas clases universitarias son impartidas en auditorios o salas de conferencia. Estos grandes recintos puede que tengan luces fluorescentes que parpadeen y produzcan un zumbido, molestando a los estudiantes que tienen dificultades sensoriales. Además, los escritorios en esos salones pueden sentirse “ajustados”. Y algunos jóvenes pueden tener dificultad para filtrar sonidos producidos por otros estudiantes o provenientes del salón contiguo que los distraen.

Qué podría ayudar: El centro de servicios para discapacitados de la universidad puede sugerir un plan para las adaptaciones. También puede sugerir a su hijo que se inscriba en secciones de un curso que sean menos numerosas.

De cualquier manera, su hijo tendrá que hablar con sus profesores para explicarles lo que necesita. Eso puede incluir cosas como que le permitan usar en clase lentes oscuros o audífonos. También puede ser sentarse al frente de la clase, cerca de la salida o en la parte de atrás del aula. Su hijo puede explicar al profesor que tal vez tenga que salir de la clase repentinamente debido a que se siente sobrecargado sensorialmente. En este caso, quizás pueda pedir prestado a un compañero sus apuntes o la grabación de la parte que se perdió.

Desafío 5: Múltiples dispositivos móviles

Por qué es difícil: Estar cerca de más jóvenes significa estar cerca de más dispositivos móviles. Esto puede que no sea un problema para algunos chicos. Pero para otros, escuchar diferentes sonidos de llamadas y notificaciones de textos puede ser abrumador. A otros les podría molestar que los teléfonos estén vibrando sobre los escritorios o las mesas de la cafetería.

Qué podría ayudar: Aunque su hijo no puede controlar los teléfonos de otras personas, puede cambiar los ajustes del suyo para escucharlo por encima de los otros.

También puede explicar sus dificultades del procesamiento sensorial a sus amigos y proponer una solución cuando se encuentren reunidos. Y no olvide recomendarle que invierta en comprar un buen par de audífonos o auriculares para usar como señal de que necesita privacidad.

Desafío: 6 Fiestas y bebidas

Por qué es difícil: Ya es bastante difícil para los jóvenes con dificultades sensoriales estar en lugares ruidosos y concurridos. Y si a eso le suma beber alcohol será aún más complicado.

Si su hijo es sensible al gusto, puede que ni le guste beber. Pero el alcohol cambia la percepción sensorial de las personas. Para alguien que tiene dificultades con la interocepción o la percepción sensorial, beber alcohol puede ser una mala idea.

Qué podría ayudar: No a todos los universitarios les gusta beber o ir a fiestas. Puede que su hijo necesite que usted se lo confirme y lo anime a explorar otras actividades en el campus.

Si él no quiere ir a las fiestas, asegúrese de que sepa cómo manejar situaciones de riesgo y a quién pedir ayuda. Practiquen qué decir para evitar la presión de los compañeros. Y recuérdele que nadie sabrá que en su vaso de plástico rojo hay refresco.

Discuta con su hijo las ventajas y desventajas de divulgar que tiene dificultades del procesamiento sensorial. Asegúrese de que sepa defender sus derechos y que practique estrategias que le han funcionado en el pasado. Con su orientación, su hijo puede encontrar las herramientas adecuadas para superar los obstáculos que encuentre en el camino hacia el logro de sus metas en la universidad.

Puntos clave

  • Anime a su hijo a que menciones sus necesidades en la oficina de solicitud de viviendas.

  • Usar audífonos en lugares bulliciosos puede ayudar a su hijo a manejar su sensibilidad a los ruidos.

  • Evitar la cafetería en las horas pico también puede ayudar a su hijo a sentirse menos abrumado.

Acerca del autor

Acerca del autor

Amanda Morin es la autora de “The Everything Parent’s Guide to Special Education” y fue la directora de liderazgo intelectual en Understood. Ayudó a desarrollar Understood desde su inicio en calidad de experta y escritora.

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Keri Wilmot ha trabajado con niños, adolescentes y adultos jóvenes durante más de 20 años en una amplia variedad de entornos pediátricos. Tiene un hijo diagnosticado con TDAH.

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