Un mensaje para mi hijo con TDAH y dislexia al graduarse de bachillerato

Querido hijo:

Pronto te estarás graduando de bachillerato y preparándote para ingresar a la universidad. Sé que odias que me ponga sentimental, pero es el momento de que tu papá recuerde con ternura a un pequeño niño que se convirtió en un hombre.

Tu mamá y yo siempre supimos que eras un niño activo con una mente inquisidora. Cuando estabas en preescolar y las maestras nos decían que rehuías el “área de lectura”, no nos preocupamos.

Pensamos: ¿Qué niño activo de 4 años de edad quiere sentarse y leer? Pero cuando llegaste a primaria y seguías teniendo problemas, supimos que se trataba de algo más.

¿Recuerdas cuando intenté leer contigo en voz alta El Gato Ensombrerado?

Pronunciabas cada letra: /g/ /a/ /t/ /o/. Pero no decías la palabra “gato” porque no sabías cómo conectar los sonidos. O quizás sabías, pero te rebelabas contra mí. Incluso a esa edad querías ser independiente y no escuchabas lo que se te decía.

“Es un chico inteligente que podría estar en el programa para dotados”, nos dijo el asistente del director. Pero te estabas atrasando y perdiendo la confianza en ti mismo. Me siento aliviado y agradecido porque nunca perdimos la fe en ti.

Dislexia. TDAH. A lo largo de los años los evaluadores escolares nos dijeron esas palabras, las cuales fueron tanto un golpe como un alivio. Un golpe porque ningún padre desea escuchar que su hijo tiene problemas. Un alivio porque saber que existe un nombre para lo que estaba ocurriendo nos dio esperanza y la confianza para abogar por lo que necesitabas en la escuela. Una vez que obtuviste el apoyo adecuado, tu potencial natural floreció.

Ha sido una travesía para nuestra familia el asegurarnos de que tuvieras todas las oportunidades disponibles para llegar a la universidad. Esta es la siguiente maravillosa fase de tu vida. Y aunque estamos muy orgullosos y emocionados por ti, también estamos un poco asustados por tu futuro.

En la universidad te harás cargo de casi todo tú solo. Seleccionar las clases. Decidir dónde y cuándo estudiar. Lavar tu ropa. Encontrar nuevos amigos. Tendrás que valerte por ti mismo en un lugar que se encuentra a 200 millas de distancia de nosotros.

¿Puedo ser honesto? Mi más grande temor es que sin el apoyo de nuestra amorosa familia y la comunidad que te rodea, podrías desviarte del camino debido a otras cosas.

¿Empezarás ese proyecto importante y lo terminarás? ¿Pedirás ayuda si no entiendes algo? ¿Qué ocurrirá si te atrasas en una asignatura?

Cuando mis temores se apoderan de mí, solo tengo que recordar las cosas que otras personas han dicho sobre ti a lo largo de los años. Fue tu maestra de primer grado quien primero se dio cuenta cuando dijo: “Este niño es uno de los pensadores más originales que jamás haya conocido”.

Tú te relacionas con las personas de una manera especial y profunda. Los vecinos y los padres de tus amigos siempre nos han dicho que disfrutan hablar contigo. ¡Eres un chico encantador! Y hablas con los adultos de igual a igual, de una manera en que los otros jóvenes no pueden o no lo hacen.

Vemos a muchos de tus amigos acercarse a ti cuando necesitan ayuda. Ya sean problemas de novias o de novios, un drama en las redes sociales o cualquier otro asunto, siempre eres el hombro en el que los demás se apoyan. Eres el que siempre está ahí para los demás, especialmente para los más vulnerables. De alguna manera, siempre restableces la paz.

Sin duda te ha ido bien en el bachillerato (¡al menos la mayoría del tiempo!) y sé que estás listo para la universidad. Y así como “te encanta” escucharlo, siempre serás nuestro bebé y siempre nos sentiremos preocupados. ¡Es lo que hacemos los padres! Una de las cosas más difíciles para nosotros es permitir que te encargues de todo por ti solo en un mundo que no siempre entiende que algunas personas aprendan de manera diferente.

En cualquier caso, 200 millas no es tan lejos. ¡Podemos llegar en solo 3 horas y media si nos necesitas!

Pero quizás la parte más difícil para nosotros sea darnos cuenta de que probablemente no nos necesitarás. De todas formas esperamos que nos permitas visitarte de vez en cuando.

Me siento tan orgulloso de ti, incluso cuando insisto en que termines tu trabajo. Sé que aprovecharás al máximo esta travesía y que tendrás una experiencia maravillosa.

Con todo mi amor,

Papá

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