
Algunas cosas vienen de familia.
Mi madre, Clare B. Jones, dedicó su carrera a trabajar en favor de los niños con dificultades de aprendizaje y de atención. Fue maestra, directora de , especialista en diagnóstico y una líder en el campo del que ayudó a que los chicos entendieran cómo aprendían mejor.
Educada por una maestraCrecí ayudando en las clases de mi madre, borrando pizarrones y organizando útiles escolares. Me sentaba en la última fila durante sus clases en la noche mientras ella estudiaba para obtener su maestría y doctorado (PhD) en educación especial. Luego, pasé mis vacaciones de verano en su oficina cuando tenía consulta privada.
Mi madre fue una defensora apasionada de los niños y creía encarecidamente en sus habilidades. Experimenté de primera mano el impacto que tuvo en sus vidas. Solía decirme que le daba a los niños “herramientas para lograr sus metas y esperanza para creer”.
Mi mamá adoraba lo que hacía, pero cuando me aconsejaba sobre mi futuro profesional siempre repetía lo mismo: “Se abogada”. Aunque en ese momento no pude entenderlo, creo que su consejo estaba relacionado con su frustración con el sistema, como maestra y madre.
Le frustraba que con mucha frecuencia sabemos cómo mejorar las cosas, y sin embargo no lo hacemos. Como maestra de educación especial estaba descontenta por tener que esforzarse diariamente para que sus niños fueran incluidos en el sistema y recibieran las a las que tenían derecho.
Ser abogada para cambiar las cosasFinalmente seguí el consejo de mi madre y me hice abogada. Representé distritos escolares y a familias en casos de educación especial. Era gratificador y al mismo tiempo un reto.
Año tras año observé algunas de las cosas que mi madre presenció. Ya fuera los debates sobre la eficacia de la enseñanza de la lectura, la carencia de recursos y de , o la falta de comunicación entre los padres/madres y las escuelas, vi los mismos patrones una y otra vez. Sentía que estábamos tratando de abordar un problema a la vez y que, para tener un mayor impacto, necesitábamos cambiar el sistema.
Así que empecé a trabajar en cambiar las leyes, remover los obstáculos y crear oportunidades para que todos los chicos salieran adelante. Trabajé con muchas organizaciones hasta que me convertí en la directora de defensa en el National Center for Learning Disabilities (NCLD), un socio fundador de Understood. Actualmente realizo mi labor como defensora en Washington, D.C., para hacer una diferencia en los niños de todo el país.
Un verdadero cambio para todos los niños¿Qué es lo que nos está impidiendo ayudar a todos los niños? Parte del problema es que necesitamos una mejor implementación y ejecución de las leyes que tenemos. Pero eso no es todo.
A veces la ley sencillamente no funciona. Por ejemplo, en el reporte de NCLD Diplomas en riesgo, mostramos cómo las leyes estatales relacionadas con los requerimientos para graduarse fomentan que los chicos con discapacidades del aprendizaje obtengan diplomas de segunda categoría. En otras situaciones la ley puede promover cambios positivos. Por ejemplo, ¿cuántos niños podríamos ayudar si proporcionáramos a cada maestro, ya sea que esté ejerciendo o esté en un programa de capacitación, información de calidad sobre los mejores métodos para enseñar a los estudiantes con problemas para aprender?
Si cambiamos esas leyes podemos tener un impacto significativo en millones de niños.
Cambiar una ley estatal o federal puede parecer abrumador o imposible, pero no es así. Cuando nos unimos en función de un propósito común podemos hacer una diferencia inmensa.
Usted puede formar parte del movimiento para mejorar las cosas. Visite Action Center e inscríbase para recibir información actualizada.
Mi madre creía que podríamos ayudar a nuestros niños y yo también lo creo. Por eso participo en esto.
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