Trabajar desde casa. Estudiar enfermería. 3 hijos aprendiendo a distancia: La historia de una mamá

Por Tara Drinks

Para muchos padres y cuidadores, no ha sido fácil combinar el aprendizaje a distancia con el trabajo a tiempo completo. Si añadimos a la lista "estudiar enfermería" , es aún más complicado. Solo pregúntele a Michelle Wright.
Michelle, quien es gerente de recursos humanos, y su esposo Derrick viven en New Jersey con sus tres hijos: Nina de 14 años, Ian de 10 y Aaron de 7. Tanto Ian como Aaron han estado teniendo dificultades en la escuela, especialmente durante la educación a distancia.
Desde que las escuelas cerraron en marzo, Michelle ha estado trabajando desde la casa y ayudando a sus hijos con el aprendizaje a distancia. Y al comenzar este nuevo año escolar, sumó sus estudios de enfermería a estas actividades.
A continuación, Michelle Wright le cuenta su historia a la escritora Tara Drinks.
Me gustaría creer que este año escolar estoy manejando mejor las cosas en mis diferentes roles de mamá, maestra, soporte técnico y estudiante.
Desde el principio me di cuenta de que Ian y Aaron trabajan mucho mejor cuando están en un área designada. Así que instalé estaciones de trabajo en mi oficina. Y mi nueva asistente, "Alexa", está haciendo un trabajo excelente al mantenernos organizados con sus recordatorios.
Esta vez mis hijos no son los únicos estudiantes. Me inscribí en un programa en línea para convertirme en enfermera práctica con licencia.
No ha sido fácil combinar el trabajo, las tareas propias de ser mamá y ahora ser también estudiante. La mayoría del tiempo me siento agobiada. Y todos los días siento como si no tuviera suficiente tiempo. He empezado a notar cómo todo esto está afectando los estudios de mis hijos. Y francamente, he empezado a preocuparme.
Ian está en quinto grado y durante los últimos tres años ha tenido un IEP para matemáticas y lengua. En la escuela, recibía ayuda personalizada para ayudarlo a mejorar sus habilidades.
Ahora que él está casa, recibe ayuda de su maestro a través de sesiones individuales en Google Meet. Pero no es lo mismo, sobre todo ahora que los maestros hacen malabares para impartir clases a distancia y clases presenciales en el aula algunos días a la semana.
No he estado apoyando a Ian como debería. Pienso en esto cada vez que él tiene que leer en voz alta o escribir un ensayo.
A veces se frustra tanto que empieza a llorar. Y eso me rompe el corazón porque quiero ayudarlo, pero no sé cuál es la mejor manera de hacerlo. A veces me pasa lo mismo cuando intento ayudar a Aaron.
Aaron está en segundo grado y es muy bueno en matemáticas. Pero tiene dificultad con la ortografía y para pronunciar ciertas palabras. A Aaron no le gusta cometer errores, así que pasa mucho tiempo intentando perfeccionar lo que sea que esté escribiendo o pronunciando.
Una vez lo sorprendí intentando hacer trampa en su examen de ortografía. Y asumí que parte de la culpa era mía, porque no tuve tiempo de estudiar con él antes del examen. Ese fue un momento de aprendizaje importante para los dos.
Me disculpé con él por hacerlo sentir que necesitaba hacer trampa para obtener una buena calificación. Ahora, estudiamos el vocabulario nuevo durante cinco minutos todas las noches antes de acostarnos.
Mis hijos tienen diferentes estilos de aprendizaje. Lo que funciona para uno, no es necesariamente lo mejor para el otro. Así que, por ahora, estoy diseñando otro plan para nosotros. Este plan incluirá tiempo para que yo pueda trabajar con cada uno de mis hijos.
A pesar de lo difícil que ha sido esta situación, estoy empezando a ver la luz al final del túnel. Esa luz es que todos estamos bien y saludables. Estoy agradecida por eso, y me confirma que podemos superar la situación juntos, un día a la vez.
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Acerca del autor

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Tara Drinks es directora asociada en Understood.