Cómo los desafíos sensoriales afectan el movimiento

Los desafíos del procesamiento sensorial pueden afectar otros sentidos además de la vista, el olfato, la audición, el gusto y el tacto. Averigüe cómo los desafíos sensoriales pueden afectar el equilibrio y la fuerza.

Por Kate Kelly

Revisado por experto Jim Rein (MA)

De un vistazo

  • Existen más de cinco sentidos.

  • Algunos de los menos conocidos afectan el movimiento.

  • Los niños que tienen dificultades con el procesamiento sensorial pueden tener problemas con estos sentidos.

A los niños que tienen problemas con el procesamiento sensorial les es difícil procesar la información recibida a través de los sentidos. Estos incluyen los cinco sentidos tradicionales: la vista, el olfato, la audición, el gusto y el tacto. Sin embargo, hay otros tres sentidos. Y los niños pueden experimentar problemas con estos sentidos también.

Uno de ellos es el sentido que controla la conciencia corporal (propiocepción). Gracias a este sentido sabemos ubicar diferentes partes de nuestro cuerpo y para qué sirven. Por ejemplo, al levantar su mano para contestar una pregunta, usted sabe que el brazo está más arriba que su cabeza. Sabe que no está enfrente de usted, aunque no lo vea.

Otro sentido controla el equilibrio y la orientación espacial (sentido vestibular). Sitúa su cuerpo en el espacio y nos ayuda a mantenernos derechos y estables. Los niños que tienen dificultades de procesar esta información pueden sentirse fuera de equilibrio y de control.

Hay otro sentido más, que nos ayuda a entender y sentir qué está pasando en nuestro cuerpo (interocepción). Los niños que tienen dificultades con este sentido no saben distinguir las sensaciones de sentir hambre, frío, calor o sed o cuando han comido suficiente. Tampoco reciben la señal de que tienen que ir al baño a tiempo.

Conozca cuatro maneras más cómo los problemas con el procesamiento sensorial pueden afectar el movimiento en los niños.

1. Pueden moverse de forma extraña o torpe

Una actividad como correr o incluso subir y bajar las escaleras puede ser complicada para los niños que no tienen mucha consciencia de sus movimientos. Puede causar que se muevan con lentitud o que eviten actividades que son demasiado exigentes para ellos.

2. Puede que no sepan medir su fuerza

Imagínese que está sacando un envase de leche de la nevera pensando que está lleno, pero en realidad está vacío. Esto puede causar que alce bruscamente el envase o incluso dejarlo caer porque usó más fuerza muscular de lo necesario.

Las dificultades con el procesamiento sensorial pueden complicar el saber medir la fuerza necesaria para cualquier tipo de tarea. Los niños pueden romper un lápiz porque están aplicando demasiada presión al escribir, rasgar una página cuando solo quieren pasar a la siguiente o dar abrazos demasiados apretados.

3. Pueden evitar actividades físicas que otros niños disfrutan

Por ejemplo, podrían sentirse inseguros en los columpios porque no están obteniendo la información sensorial que les dice que están sentados firmemente. El movimiento del columpio puede asustarlos.

4. Pueden estar moviéndose constantemente, chocando con objetos o parecer fuera de control

Los niños no siempre reciben suficiente retroalimentación de su sistema sensorial. Entonces pueden sentir ansiedad por ser más activos y hacer cosas que no son seguras para ellos.

Por ejemplo, al caminan por un pasillo, podrían chocar con la pared a propósito para sentirse más apoyados. Por la misma razón, podrían patear debajo del escritorio. Puede que en el aula corran en vez de caminar y así chocan con sus compañeros a menudo.

Los problemas con el procesamiento sensorial pueden afectar el movimiento en otros ámbitos. Si los niños no se sienten cómodos al tocar objetos, puede que eviten el contacto o jugar con ellos. Esto puede retrasar el desarrollo de las habilidades motoras finas y gruesas.

Hay muchas maneras en las que usted puede ayudar. Aprenda más acerca de la terapia ocupacional. Explore estrategias que puede implementar en casa.  Obtenga recomendaciones para manejar momentos de crisis

Puntos clave

  • Uno de los sentidos del humano controla el equilibrio y la orientación espacial.

  • Es posible que un niño con problemas sensoriales no sepa medir su fuerza.

  • Puede que choque con objetos porque anhela más actividad.

Acerca del autor

Acerca del autor

Kate Kelly ha estado escribiendo y editando por más de 20 años, enfocándose en el cuidado parental.

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Jim Rein (MA) ha dado conferencias sobre opciones postsecundarias y programas de verano para niños y jóvenes que piensan y aprenden de manera diferente.

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