Me sucede lo mismo que a otros padres que están trabajando durante esta pandemia del coronavirus. Intento descubrir cómo trabajar desde mi casa y también apoyar a mis hijos con su aprendizaje. Supongo que se espera que yo asuma un nuevo papel durante el confinamiento, pero la verdad es que no sé cuál sea.
Una cosa sí sé: no me llamaré a mí misma una “mamá que enseña en casa”, incluso si otros padres han adoptado ese título.
Esto en parte se debe a que me han colgado muchas etiquetas en el pasado con las que no me identifico. Etiquetas como “mamá de niño con TDAH”.
También se debe a que tengo varios amigos que durante años han elegido la educación en casa. Yo no estoy haciendo ese trabajo cuidadoso y planificado que ellos realizan.
Hay otra razón importante por la cual no quiero llamarme una mamá que enseña en casa. Como exmaestra sé cuánto trabajo implica la enseñanza en una escuela, y yo no estoy haciendo eso en este momento.
No estoy aprendiendo nuevas maneras de presentar la información para que sea accesible a todos los estudiantes. No estoy tratando de resolver cómo debe ser la educación especial ahora que ir a la escuela ya no es “normal”.
Lo único que estoy haciendo es resistiendo. Estoy agobiada, estresada y siento que no estoy haciendo lo suficiente. Así es que estoy ajustando mis prioridades como madre.
Lograr que se haga la tarea escolar es solo una parte. También estoy organizando el sinfín de correos electrónicos de la escuela sobre educación regular y educación especial. Estoy averiguando cómo estar disponible cuando mi hijo tiene terapia a distancia con sus proveedores de servicios relacionados.
Intento manejar mi ansiedad, al mismo tiempo que trato de ayudar a mi hijo de 10 años a controlar la suya. Y veo a su hermano mayor triste por la pérdida de su último año de bachillerato y porque extraña a las amistades que hizo con tanto esfuerzo.
Conforme pasan los días, mi papel se vuelve más claro. Soy una madre que está criando a sus hijos que piensan y aprenden de manera diferente en un momento muy difícil. Algunos días parece que es más de lo que puedo manejar. Sí, tengo formación de maestra y podría asumir eso también. Pero no soy la maestra de mis hijos ni soy una mamá que enseña en casa.
