Esto va dirigido a mi esposa:
No me compres un regalo el Día del padre.
Sé que tienes un millón de cosas en la cabeza. Sé que hay cientos de cosas por hacer.
Los niños tienen que estar a tiempo para sus clases. Hay que lavar ropa. Supervisar la tarea. Ir al mercado. Hay comidas que preparar. La lista parece interminable.
Así que no te preocupes por comprarme un regalo o cocinarme algo o hacerme cualquier cosa.
Por favor, solamente haz esto.
En algún momento, en los próximos días o las próximas semanas, cuando tengas un momento a solas con los niños, busca un lugar tranquilo para conversar. Asegúrate de que no haya distracciones. Pregúntales si saben qué es el Día del padre. Pregúntales si alguna vez se han preguntado por qué celebramos esa fecha. Háblales de por qué mostramos agradecimiento a nuestros padres.
Es importante que los niños aprendan a ponerse en los zapatos de los demás. Los ayudará a hacer amigos y mantenerlos y a relacionarse con otras personas en la escuela, y después en el trabajo y en la vida. Es por eso que tenemos que aprovechar cualquier oportunidad que tengamos para alentar a nuestros hijos a que piensen en los demás.
Luego de que hables con ellos, tal vez quieran hacer algo para su papá. ¡Quizás podría ser un regalo hecho en casa o limpiar sus cuartos!
Pero tú sabes que me basta con un abrazo, un beso y un “te quiero”. Cualquier cosa que venga del corazón y que los ayude a desarrollar empatía y puntos de vista. Lo que quiero es para ellos, no para mí.
En el Día del padre lo que realmente importa es la intención.
Y si eso no funciona… puedes decirles que me compren un viaje a Hawaii. ¡Tú decides!
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