Mi hija tiene 10 años, y en cierto modo es una estudiante típica de quinto grado. Solo piensa en sus amigas y en ir a dormir a sus casas. Le fascina comprar ropa. Pasa demasiado tiempo en YouTube. Y está impaciente por convertirse en una adolescente.
No obstante, en otros aspectos mi hija no es tan típica. Por ejemplo, está obsesionada con el baile y baila horas y horas a lo largo del día. También es extremadamente activa durante la noche. Le cuesta conciliar el sueño, y por eso es un suplicio que se levante a las 7 de la mañana para ir a la escuela. Además, tiene dificultad para concentrarse.
Incluso sus amigos más cercanos nunca han entendido por qué se pone a bailar de repente a cualquier hora del día. Ellos piensan que es “raro”. Y cuando está cansada en la escuela, le dicen: “Acuéstate más temprano” (como si fuera tan simple).
Algunos de sus maestros han valorado su particular naturaleza. Otros no. Los que son amables le recuerdan con gentileza que no es aceptable que se levante de su asiento y se ponga a bailar cuando siente la necesidad. Otros no son tan amables.
Estamos en 2020, un año que será definido por el coronavirus y en el que el desconcierto y la confusión dejará una marca en nuestras vidas.
De repente, no hay horario escolar. No hay salones de clase, sino únicamente clases y tareas a distancia. En resumen, ya no existe lo “típico”, y asumo que tampoco existe lo atípico. ¿Qué significa todo esto para mi hija?
- Puede acostarse a la hora que quiera.
- Puede bailar mientras ve videos de lecciones de matemáticas.
- Puede tomarse un descanso de los deberes escolares cuando tiene dificultad para concentrarse.
- Puede hacer su tarea parada de cabeza. (Y efectivamente, ¡así fue un día de esta semana!)
Esto no significa que la vida últimamente sea fácil. Aprender sin la presencia de un maestro es un desafío para todos. He estado viendo módulos de matemáticas más de lo que me interesa. Y hay nuevas responsabilidades para padres como yo, que solo agregan más estrés y ansiedad al que ya todos tenemos actualmente.
Sin embargo, de alguna forma ha sido una experiencia liberadora para m hija. No es fácil ser diferente en un mundo construido para el niño típico. Es por eso que Understood está trabajando para construir un mundo que incluya las diferencias, y de esa manera facilitar la vida de niños como mi hija.
Pero por ahora, un poco de caos y un poco menos de normalidad ha sido un cambio sorprendente y positivo para mi familia. En algún momento, el mundo se regularizará. Esperemos que todos podamos aprovechar lo que hemos aprendido de esta experiencia para hacer que el mundo sea un lugar mejor para todas las personas que aprenden de maneras diferentes.
