El efecto Batman: Qué muestra mi investigación sobre los juegos de aparentar y la función ejecutiva

“Batman nunca se frustra”.

Esta es una idea importante que obtuvimos a través de nuestra investigación sobre el funcionamiento ejecutivo y los juegos de aparentar. Y provino de un niño de 4 años en mi laboratorio de investigación.

El funcionamiento ejecutivo es un grupo de habilidades mentales. Estas habilidades nos permiten manejar nuestros pensamientos, acciones y emociones. Incluyen cosas como:

Sabemos que los niños que tienen dificultades del funcionamiento ejecutivo y TDAH a menudo tienen problemas en la escuela. Incluso desafíos leves pueden evitar que los niños desarrollen su potencial al máximo.

He dedicado mi vida a estudiar el funcionamiento ejecutivo y encontrar maneras de ayudar a los niños pequeños a fortalecer estas habilidades. Una pregunta importante que mis colegas y yo nos hemos planteado es: ¿Cómo hacen los niños que tienen buenas habilidades de la función ejecutiva para ponerlas en práctica? ¿Qué hacen para retrasar la gratificación, perseverar en las tareas y permanecer enfocados?

Hay un estudio famoso llamado la prueba del malvavisco (the Marshmallow test) que ayudó a responder algunas de estas preguntas. En ese experimento, niños de 4 años recibían un malvavisco adicional si podían esperar para recibirlo. Algunos niños podían esperar hasta 15 minutos.

Los niños que recibían el malvavisco adicional utilizaban estrategias específicas que los ayudaban a esperar. Una de esas estrategias fue la de aparentar o “hacer creer”. Por ejemplo, un niño simulaba “darle de comer” golosinas a un amigo imaginario.

Eso nos puso a pensar a mis colegas y a mí.

Los niños pequeños son expertos en el juego de aparentar roles. Pasan hasta dos tercios del día haciéndolo. Nos preguntamos: ¿Qué pasaría si les pidiéramos a los niños que aparentaran al realizar una actividad “seria”? ¿Qué pasaría si se tratara de una actividad difícil que fuera un desafío para sus habilidades de la función ejecutiva?

Para responder a esta pregunta diseñamos un experimento con niños de 4 años.

En el experimento colocamos un juguete dentro de una caja de vidrio. Después les dimos a los niños un grupo de llaves para abrir la caja y así poder jugar con el juguete. El truco era que ninguna de las llaves funcionaba. Sé que suena un poco cruel, pero intentábamos entender cómo los niños pueden mejorar sus habilidades de la función ejecutiva.

Queríamos ver cuánto tiempo los niños seguirían intentando abrir la caja. Para ayudarlos, les ofrecimos diferentes estrategias que podían utilizar. Una de las estrategias era fingir que eran Batman. Incluso les entregamos una capa de Batman. (También podían escoger ser Dora la exploradora).

Usted puede ver parte del experimento en el siguiente video:

Nota: Este video de YouTube tiene subtítulos en español. Comience a reproducir el video. En la parte inferior de la pantalla vaya a "Settings" selecciones "Subtitles" y haga clic en la opción "Spanish". Asegúrese de que la función "CC" esté activa.

Lo que mis colegas y yo descubrimos nos dejó sorprendidos.

Los niños que fingían eran pensadores más flexibles que aquellos que no fingían. Estuvieron más tiempo intentando abrir la caja. Probaron más llaves. Estaban más tranquilos.

Los niños que "fingieron" ser Batman se comportaron como si fueran un año mayores en términos de las habilidades del funcionamiento ejecutivo. Como lo explicó inteligentemente uno de los niños de 4 años: “Batman nunca se frustra”.

¿Por qué aparentar ayuda a los niños con las tareas difíciles?

Pensamos que se debe a que aparentar crea una “distancia psicológica” entre el niño y la tarea a realizar. Aparentar ayuda a los niños a tomar distancia del problema y analizarlo desde diferentes ángulos. Los ayuda a ver opciones diferentes para encontrar una solución.

Fingir también emplea las mismas redes neuronales que el comportamiento real. Por lo tanto, si los niños practican el juego de aparentar, es más probable que utilicen esas mismas redes neuronales en situaciones reales. Es parecido al consejo de “finge hasta que lo logres”. Imaginar que se es más capaz y más seguro puede ayudar a los niños, e incluso a los adultos, a comportarse como si realmente fueran más capaces y seguros.

Algunos adultos pueden pensar que “hacer creer” es lo opuesto al autocontrol, como dejarse llevar. Pero es importante saber que cuando los niños fingen o juegan a “hacer creer”, están utilizando y desarrollando habilidades de la función ejecutiva.


Vea cómo las dificultades del funcionamiento ejecutivo pueden afectar la vida diaria de un niño. Revise estrategias que puede utilizar en la casa para ayudar a su hijo a mejorar las habilidades del funcionamiento ejecutivo. Obtenga recomendaciones sobre cómo jugar a los roles con su hijo.

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