Mis 6 etapas del duelo: El proceso de entender la dislexia de mi hijo

Como padre, uno de los momentos más difíciles que he enfrentado fue al descubrir que el menor de mis hijos tenía dislexia. Me sentí incapaz, fuera de control y a veces completamente perdido. Después de todo, no soy médico ni tengo entrenamiento profesional para estas dificultades, y la dislexia es una condición basada en el cerebro.

Cuando vi que mi hijo tenía problemas para pronunciar palabras sencillas, me invadieron todo tipo de sentimientos y emociones. A veces me sentía enojado, otras triste. Lo peor de todo es que me sentía impotente para ayudarlo. Yo nunca tuve problemas en la escuela y siempre me ha gustado leer.

Escuche cómo el autor describe el proceso que siguió para entender la dislexia de su hijo.

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Con el tiempo logré darme cuenta de que sí era capaz de ayudarlo, pero necesité mucho tiempo y esfuerzo para tener esa actitud. Recuerdo que se lo describí a un amigo como si estuviera atravesando por las “etapas del duelo” que las personas experimentan después de una gran pérdida o evento traumático en sus vidas.

No. Nadie había muerto ni estaba en estado grave. Aunque el dolor y la ansiedad que sentí eran igual de intensos y reales. El paso de sentirme impotente, a sentirme esperanzado acerca de la dislexia de mi hijo y su futuro, fue algo más o menos así:

1. Negación

La primera vez que escuché el término , no escuché la parte de aprendizaje. Todo lo que escuché fue la palabra discapacidad, algo que ningún padre está preparado para oír acerca de sus hijos. Evidentemente alguien había cometido un error. Mi hijo estaba perfectamente sano. ¿Discapacidad? ¿En serio?

2. Enojo

Cuando vemos a nuestros hijos sufrir de alguna manera, nuestros instintos básicos toman el control. A menudo el enojo es el resultado natural. Buscamos algo o a alguien a quien culpar por el sufrimiento que estamos experimentando: a mí me pasó lo mismo. Principalmente estaba enojado con el sistema escolar que parecía incapaz de ayudar a mi hijo.

3. Negociación

Al principio me costó entender e identificarme con la situación de mi hijo, porque para mí la escuela siempre había sido relativamente fácil. Hubiera deseado tener una varita mágica, una solución rápida al problema. Quizá lo único que él tenía que hacer era esforzarse más, pensé. O quizá simplemente yo tenía que dedicarle más tiempo y energía siendo su tutor.

4. Depresión

Naturalmente me sentía triste de que mi hijo tuviera que enfrentar esos problemas, pero más que eso, a menudo me sentía culpable. ¿Qué pude haber hecho para evitarlo o para detectarlo antes? Si tan solo hubiera pasado más tiempo en casa en lugar de pasar tanto tiempo en el trabajo, y yendo y viniendo de mi ocupado empleo corporativo.

5. Aceptación

La información y la educación me ayudaron finalmente a llegar a esta etapa. Empecé a leer y a averiguar más acerca de la dislexia, las dificultades de aprendizaje y de atención y los derechos legales de mi hijo en la escuela. También realicé simulaciones de dislexia, las cuales me permitieron apreciar verdaderamente los desafíos que enfrentaba mi hijo. Durante este proceso me di cuenta de lo afortunados que somos de vivir en una época con tantos recursos e información acerca de la dislexia.

6. Entendimiento

La principal diferencia entre la aceptación y el entendimiento es esta: Mi hijo y yo hablamos de dificultades de aprendizaje, no de discapacidades. Él entiende que aprende de manera diferente a la mayoría de sus compañeros, y le gusta usar la tecnología para ayudarse a leer y a escribir.

Mi hijo también entiende que su dislexia será un desafío de por vida. Lo acepta porque sabe que algunas de las personas más brillantes y exitosas también fueron disléxicas.

Dicen que cambiar es difícil, pero es aún más difícil cuando se trata de la vida de uno de sus hijos. Quisiera poder decir que esta experiencia fue rápida, sin dolor y una línea recta sin obstáculos. No fue así.

Sin embargo diré esto: Hoy en día a mi hijo le encanta leer y va bien en la escuela. La identificación de su dislexia abrió completamente un nuevo capítulo en nuestras vidas y, de muchas maneras, nos unió como familia. También nos puso en el camino hacia nuevas aventuras que no habríamos imaginado en ese entonces, pero esa es otra historia.

Conozca qué pasos seguir si su hijo ha sido diagnosticado con dislexia. También puede:

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