Cómo ayudar a los niños que tienen problemas de conducta y de socialización a participar en los servicios religiosos

Los problemas de conducta y de socialización pueden ser un obstáculo para que algunos niños permanezcan sentados y quietos durante los servicios religiosos. Y esto a su vez puede dificultar que las familias participen de lleno. Más y más comunidades religiosas están encontrando maneras de reducir los obstáculos. Si su comunidad no lo ha hecho todavía, existen maneras para encontrar soluciones dentro de su comunidad.

¿Por qué las actividades religiosas pueden ser un reto para los niños?

Las actividades religiosas a menudo tienen expectativas de conducta específicas. Y esto puede ser especialmente difícil para los chicos con , dificultades con las habilidades sociales, autismo y otras condiciones.

Por ejemplo, puede que los niños deban permanecer sentados durante un largo tiempo. Puede que tengan que formar una línea o un grupo y repetir movimientos una y otra vez. Durante algunos servicios, los chicos deben permanecer en silencio o solamente hablar, recitar o cantar en determinados momentos.

Campanas, el sonido del llamado a la oración y olores como el del incienso, también pueden generar ansiedad y estrés en los chicos que tienen . Por otro lado, si el lugar de culto es demasiado silencioso y carente de elementos visuales, puede que no ofrezca la estimulación sensorial necesaria para mantener enfocados a los chicos.

También las instalaciones y el ambiente pueden ser incómodos. Algunos templos tienen sillas de madera rígidas. En muchas religiones, los chicos necesitan arrodillarse, acercarse mucho y tocar a otras personas.

Leer y escuchar también son parte esencial de muchos oficios religiosos. Los chicos pueden tener problemas para leer una oración o un libro sagrado, especialmente si es en un idioma diferente. Pueden sentirse avergonzados si no pueden seguirlo o no saben qué decir. Además, puede que no entiendan por completo el sermón o la charla de los líderes religiosos, el cual puede que esté dirigido a los adultos.

Todo esto puede causar que los chicos con problemas de conducta o para socializar se comporten inapropiadamente. Pueden que estén inquietos, se muevan e intenten caminar en el templo. Puede que hagan sonidos o comentarios inadecuados. Y lo que es peor, sus actos pueden ser malinterpretados por otros asistentes como una falta de respeto hacia la religión, cuando no es el caso y simplemente se sienten agobiados.

Cómo las exigencias de los servicios religiosos pueden afectar a las familias

De acuerdo con los expertos, con frecuencia las familias se sienten avergonzadas del comportamiento de sus hijos en los oficios religiosos. Como resultado, puede que no pidan ayuda a sus líderes religiosos ni soliciten para sus hijos.

“Si su líder religioso dice ‘no’ a su hijo, es como si dijera: usted no es parte de la religión”, comenta Beth Foraker integrante de National Catholic Board on Full Inclusion. “Tan solo el riesgo de que esto ocurra puede evitar que los padres expresen sus necesidades”.

Un estudio de 2018 que usó datos de National Survey of Children’s Health arrojó luz al respecto. El estudio encontró que era menos probable que los chicos con problemas de conducta asistieran a actividades religiosas y de socialización en comparación con otros chicos. Por ejemplo, uno de cada cuatro niños con retrasos en el desarrollo, discapacidades del aprendizaje, ansiedad y trastornos de conducta nunca han asistido a servicios religiosos.

La probabilidad de no asistir nunca es 19 por ciento mayor en los chicos con TDAH que en otros chicos. Esa cifra aumenta en los niños que padecen ansiedad (55 por ciento más de probabilidad de no asistir nunca) o autismo (84 por ciento).

Algunas familias simplemente dejan de asistir para evitar los inconvenientes.

“Cuando mi hija con autismo tenía 5 años la llevé a la mezquita, pero se nos dijo que ella no debía estar ahí”, recuerda Joohi Tahir, una madre musulmana con tres hijos. “Deje de ir a la mezquita durante 10 años antes de regresar”. (La experiencia de Tahir la inspiró a trabajar en MUHSEN, que significa Muslims Understanding and Helping Special Education Needs).

Otras familias deciden asistir a otro templo. De acuerdo a ese mismo estudio, 1 de cada 3 familias cambiaron de templo porque consideraban que excluían a su hijo.

Cómo ayudar a que su comunidad incluya a su hijo

Defender a su hijo en su comunidad religiosa puede ser difícil, pero tenga en cuenta que muchos líderes religiosos desean ayudar. Sin embargo, puede que necesiten ayuda para entender cómo hacerlo.

“Todas las tradiciones religiosas valoran la inclusión de los niños con discapacidades”, dice Foraker. “Pero los lugares de culto no siempre tienen las capacidades o el entrenamiento necesario. Existe cierto grado de incomodidad”.

Ella sugiere iniciar una conversación con su líder religioso acerca de lo que su hijo necesita. Usted puede sugerir adaptaciones que hayan funcionado en otros lugares de culto, como por ejemplo:

  • Un salón silencioso para las familias

  • Un sistema de audio y video para que las familias puedan escuchar o ver los servicios desde un salón especial

  • Subtítulos en los videos

  • Descansos frecuentes para los niños durante los servicios religiosos

  • Permitir que los niños asistan solamente a parte de los servicios

La Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) no exige que los lugares de culto ofrezcan adaptaciones. Además, el costo de las adaptaciones puede en ocasiones ser un obstáculo. Sin embargo, cuando los líderes religiosos conocen acerca de ADA, muchos deciden seguirla voluntariamente.

De acuerdo con Tahir, también pueden ayudar otros apoyos y sistemas. Estas son algunas ideas:

  • Crear un comité de inclusión en su lugar de culto

  • Hacer que los jóvenes de la comunidad pasen tiempo con su hijo para que se conozcan

  • Capacitar al personal y a los voluntarios en problemas de conducta y de socialización, así como en otras dificultades

También puede solicitar que consulten con un profesional clínico que pertenezca a su comunidad religiosa. Existen muchas organizaciones que trabajan en inclusión:

“Un profesional puede ayudar a que el personal de su lugar de culto desarrolle mejores prácticas”, dice Lisa Friedman, experta en inclusión de judíos discapacitados. “También puede ayudar a diseñar las adaptaciones adecuadas”.

Según todos los expertos, el cambio más importante es la comprensión y la aceptación. Cuando usted habla con un líder religioso acerca de su hijo, está construyendo ese puente que facilita que su fe llegue a todos los chicos.

Obtenga recomendaciones para asistir al servicio religioso con su hijo que tiene TDAH. Lea lo que dice un experto acerca de cómo hablar con su líder religioso. También puede comunicarse con otros padres en la Comunidad de Understood para intercambiar ideas sobre cómo lograr que su lugar de culto sea más inclusivo.

Puntos clave

  • Tener que permanecer sentado y quieto, y sentirse físicamente incómodo puede resultar en que algunos chicos se porten inapropiadamente.

  • Hablar con su líder religioso acerca de las retos que enfrenta su hijo puede ayudar a encontrar soluciones para que su hijo participe.

  • También puede conectarse con otras organizaciones que trabajan en inclusión en su comunidad religiosa.

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