Cómo colaborar con el entrenador de su hijo

Los deportes pueden ser excelentes para los niños que piensan y aprenden de manera diferente. Pero puede que tenga que ayudar al entrenador a entender las fortalezas y desafíos de su hijo. Conozca cómo colaborar con los entrenadores.

Practicar deportes puede ser excelente para que los niños que piensan y aprenden de manera diferente se diviertan, mejoren sus habilidades y canalicen su energía. Pero puede ser un problema si el entrenador no entiende a su hijo. Y puede ser aún peor si además resalta las dificultades de su hijo o es demasiado crítico.

Estas son algunas maneras en que usted puede colaborar con los entrenadores para que hacer deporte sea una experiencia positiva.

1. Explicar los desafíos de su hijo

Los entrenadores podrían saber muy poco acerca de las diferencias en la manera de pensar y aprender. O cómo pueden afectar otras áreas además de la académica. Incluso si tienen una idea básica, posiblemente no conozcan todas las formas en que se pueden manifestar los síntomas. Explicarle a los entrenadores los desafíos de su hijo puede ayudarlos a adaptar su métodología.

2. Proporcionar detalles

El entrenador necesita saber cómo los desafíos de su hijo afectan su participación en el deporte. Por ejemplo, después de decirle: “Mi hijo tiene TDAH”, dele detalles sobre lo que el entrenador podría observar. “Mi hijo entiende las reglas del juego, pero podría olvidarlas en un momento de excitación”.

3. Mencionar las estrategias que han funcionado

Es posible que el entrenador de su hijo quiera ayudar, pero quizás no sepa cómo. Menciónele algunas estrategias que funcionan en la escuela, en la casa o en otras actividades. Por ejemplo, podría decirle que debido a que su hijo tiene dificultad para recordar instrucciones de varios pasos, las instrucciones escritas lo ayudan. Luego pregúntele si podría proporcionarle notas a su hijo de las jugadas que practicarán en el entrenamiento.

4. Ser claro sobre cualquier problema

Hágale saber al entrenador si algo le molesta a usted o a su hijo. Sea honesto, pero mantenga la conversación cordial y respetuosa.

Proporcione ejemplos concretos. En lugar de decir: “Mi hijo se siente mal cuando usted le grita”, diga algo como: “Mi hijo se inquieta cuando usted grita porque no sabe qué hizo mal”. De esa manera, facilitará la conversación. Es posible que algunos entrenadores no se den cuenta de lo que están haciendo ni tienen la intención de criticar a su hijo.

5. Escuchar la versión del entrenador

El maestro de su hijo se enfoca en ayudarlo a salir adelante de manera individual. Pero el entrenador tiene una responsabilidad con el equipo. Si su hijo es agresivo o no sigue las reglas, el entrenador podría molestarse. Esté abierto a escuchar su versión. Así podrá enterarse de cómo la conducta de su hijo podría estar afectando al equipo. Y le permitirá trabajar con su hijo en nuevas estrategias.

Es posible que los entrenadores no estén dispuestos o no puedan cambiar su enfoque para ayudar a su hijo. En ese caso, tal vez quiera hablar con un administrador del programa deportivo. O cambiar a su hijo a otro equipo que se ajuste mejor a sus necesidades.

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