Le negaron un IEP, y mi hija tomó un camino diferente para su dislexia

Mi hija Carter es la más pequeña de mis tres hijos y suele actuar según le parece.

No estuvo interesada en los libros de tapa dura de su hermano y su hermana. No le gustaron las canciones infantiles que provocaron sonrisas en los rostros de sus hermanos. Y tardó mucho tiempo en aprender la canción del abecedario, sin mencionar su dirección, su número de teléfono y cómo atarse los zapatos.

Su maestra nos dijo que “nunca había encontrado a un niño que se negara a aprender a leer como lo hacía Carter”. No fue hasta mediados del primer grado que pareció estar haciendo su primer intento de leer. No sabíamos que los dolores de estómago de primer grado y los dolores de cabeza de segundo grado eran señales de los problemas que estaba teniendo en la escuela.

Tercer grado fue el punto crítico. Carter se disgustó mucho al retrasarse en los exámenes y en los grupos de lectura, y se dio cuenta de que los otros chicos terminaban las tareas mucho más rápido que ella. Se sentía increíblemente frustrada.

Su dificultad para hacer la tarea y sus interminables episodios de llanto fueron lo que nos impulsó a solicitar a la escuela que “empezara a evaluarla”. La escuela la evaluó pero el resultado no fue lo que esperábamos: Nos dijeron que Carter no era elegible para recibir servicios de a través de un IEP, debido a la “falta de impacto educativo”.

Disputamos la decisión de la escuela tanto como pudimos. Pero al final, Carter no obtuvo un IEP.

Decir que estábamos desilusionados, sería quedarse corto. La frustración y la desesperación que sentimos fueron abrumadoras. Sin embargo, sabíamos que no podíamos permitir que Carter se atrasara más en la escuela.

Así que optamos por realizar una evaluación privada. Después de una evaluación exhaustiva, Carter fue diagnosticada con , y .

Poder darle un nombre a sus problemas fue un alivio enorme y al mismo tiempo, desolador. Pasábamos de un sitio en Internet a otro, desesperados por encontrar recursos que pudiéramos usar para ayudar a nuestra hija. Nuestra prioridad era ayudarla con sus dificultades en lectura, como la .

A petición de un asesor educativo, encontramos un programa multisensorial de fonética influenciado por el enfoque Orton-Gillingham (OG). OG es un programa con un enfoque de alto nivel que se sabe que funciona con los niños que tienen dislexia. Al principio, intentamos usar un tutor Orton-Gillingham por la tardes. No obstante, Carter no podía seguir trabajando después de un largo día intentando estar al día con las exigencias escolares.

Yo no tengo formación en educación y mi esposo tardó todo un mes en convencerme de que me encargara de la alfabetización de Carter. Todos las días de escuela, despertaba a Carter a las 5 am para trabajar en el programa durante una hora.

Luego de varios meses de usar estas nuevas técnicas de enseñanza, Carter había progresado mucho. Para nuestra sorpresa, al final de cuarto grado estaba leyendo al nivel de su grado. Continuamos con el programa durante casi dos años. Actualmente su lectura no es tan fluida ni tan rápida como la de muchos de sus compañeros, pero se siente confiada de su habilidad para decodificar cualquier palabra que encuentre.

Una vez que empezamos a atender los problemas de Carter para decodificar, nos propusimos que compitiera en las mismas condiciones en el salón de clases y en los exámenes de la escuela. Continuaba sintiéndome incrédula de que la escuela no le hubiera otorgado servicios o un IEP a mi hija. Sin embargo, aparté esos sentimientos y colaboré con la escuela para que obtuviera un . A través de él recibió en el salón de clases.

Nos consideramos increíblemente afortunados. No obtuvimos un IEP, pero todos los años contamos con maestros excelentes. Algunos tenían poco conocimiento acerca de la dislexia o las dificultades de aprendizaje y de atención, pero todos tenían un corazón rebosante de empatía. A través de ensayo y error, Carter trabajó con sus maestros de primaria en adaptaciones que la ayudaron a superar la jornada escolar. En los exámenes recibió tiempo adicional y acceso al formato audio, Tecnología de asistencia y más.

Considero que existe un número infinito de caminos hacia el éxito para los chicos que tienen dislexia. Hemos avanzado un largo trecho desde que Carter era una estudiante de tercer grado llena de ansiedad. Ahora, luego de nuestra particular trayectoria para manejar la dislexia, ella es una estudiante próspera de noveno grado.

Conozca los pasos que puede seguir si le niegan un IEP a su hijo. Vea ejemplos de técnicas multisensoriales de lectura que puede usar en su hogar. Lea un blog publicado por Carter dirigido al Departamento de Educación de los Estados Unidos acerca de sus adaptaciones favoritas.

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