5 pasos para colaborar con el pediatra cuando su hijo tiene dificultades

Usted ha observado que su hijo tiene problemas con la lectura, la escritura, las matemáticas o de comportamiento. Ha identificado patrones, pero no está seguro de lo que está pasando. El pediatra de su hijo u otro profesional de la salud que trabaje con niños puede ser de gran ayuda.

Los padres y cuidadores no siempre le comunican a los médicos que sus hijos tienen desafíos relacionados con el aprendizaje o el comportamiento. Son muchas las razones para que no lo hagan.

Tal vez piensen que el pediatra no puede ayudar con un problema que no parece ser de naturaleza médica. Quizás no se sientan cómodos hablando de los desafíos de sus hijos. Y algunos padres no lo dicen porque no están seguros si lo que están observando es un problema.

Esas son precisamente las razones de que sea tan importante comunicarlo. Los pediatras y otros profesionales de la salud pueden ayudarlo a entender el comportamiento y las dificultades de su hijo, y recomendarle qué hacer.

Estos son cinco pasos para hablar con el pediatra de su hijo acerca de las señales y los comportamientos que usted ha observado.

1. Contáctelo pronto

Si usted no sabe lo que significan las señales y los patrones de su hijo, podría preguntarse si son “lo suficientemente graves” como para mencionarlos. Los pediatras son expertos en desarrollo infantil y saben qué es típico para la edad de su hijo. Así que llame a su pediatra de inmediato, no espere hasta la próxima cita médica para hablar de sus inquietudes. Cuanto antes comience a obtener respuestas, más pronto sabrá cómo ayudar a su hijo.

2. Encuentre una forma de contactarlo que funcione para ambos

Los consultorios pediátricos pueden acordar con las familias y los cuidadores cuál es la mejor manera de ponerse en contacto. Muchos pediatras se comunican con las familias en persona, por teléfono o por video.

3. Prepárese para hablar de lo que ocurre en la escuela o la guardería

El pediatra querrá saber qué está pasando con su hijo en la escuela o en la guardería, así como en la casa. Si todavía no ha hablado con el maestro sobre sus preocupaciones, intente hacerlo antes de consultar al pediatra. Recolecte tareas, exámenes, observaciones escritas del maestro o boletas de calificaciones que pudieran ayudar al médico a entender el tipo de dificultades que tiene su hijo.

4. Proporcione detalles y ejemplos de lo que ha observado

Es importante ser específico al mencionar sus observaciones a cualquier profesional. ¿Cómo se manifiesta la frustración de su hijo? ¿Qué parte de la tarea le resulta más difícil? Muestre ejemplos de lo que usted ha observado. Podrían ser sus anotaciones, las notas del maestro o ejemplos de tareas. También mencione lo que han dicho otras personas que pasan tiempo con su hijo.

Si usted ha identificado patrones, explique cuáles son. Si utilizó el identificador de patrones, puede entregarle una copia. Todas estas son pistas valiosas sobre lo que está sucediendo y cómo ayudar.

5. Pregunte si hay otros profesionales con los que debería hablar

El pediatra de su hijo u otro profesional de la salud puede ser un aliado valioso para obtener respuestas. Pero es posible que lo deriven a otros profesionales que trabajan con niños, ya sea dentro o fuera de la escuela. El objetivo es que su hijo obtenga ayuda de las personas apropiadas.

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American Academy of Pediatrics es una organización que consta de 67.000 pediatras de atención primaria, subespecialistas pediátricos y especialistas en cirugía pediátrica dedicados a la salud, seguridad y bienestar de bebés, niños, adolescentes y adultos jóvenes.

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