Cómo facilitar conversaciones difíciles con su pareja sobre los desafíos de su hijo

Criar a un hijo que piensa y aprende de manera diferente es complejo. Situaciones como discutir los problemas de su hijo con el médico pueden ser estresantes. Lo mismo ocurre con las reuniones del IEP. Además, los padres no siempre están de acuerdo sobre los pasos a seguir.

Por ejemplo, podrían estar en desacuerdo sobre si su hijo con dislexia debe ser sacado de clase para recibir instrucción especial en lectura. O si los desafíos de su hijo son lo suficientemente “severos” como para que sea evaluado.

Es importante que los padres hablen de estas situaciones. A continuación, algunas sugerencias para facilitar este tipo de conversaciones.

1. Renunciar a querer tener la razón

Incluso antes de que usted sugiera tener una conversación, recuerde que el objetivo es encontrar una solución a un problema. No importa quién tiene la razón. Lo que importa es que ambos colaboren para abordar las necesidades de su hijo de la mejor manera posible. Tenga presente que las soluciones más útiles y creativas pueden surgir cuando se incorporan diferentes puntos de vista.

2. Elegir el momento adecuado para hablar

A nadie le gusta sentir que lo acorralan cuando llega a casa del trabajo o cuando tiene prisa. Especialmente cuando se trata de algo tan importante como el bienestar de su hijo.

Conversen cuando sea un buen momento para ambos. Idealmente, traten de hablar después de que hayan tenido oportunidad de relajarse y puedan enfocarse en la conversación. Incluso si ya habían acordado hablar a cierta hora, es una buena idea preguntar algo así: “¿Sigue siendo un buen momento para hablar sobre cómo ayudar a Laura a concentrarse en clase?”. Si fuera necesario, encuentren un mejor momento. La conversación será más provechosa.

3. Iniciar la conversación de manera positiva

Exprese cuánto valora la disposición de su pareja para hablar y cooperar en encontrar una solución. Usted podría decir: “Gracias por querer hablar sobre la posibilidad de hacer una evaluación. No dejo de pensar en eso. Pero siempre me siento mejor cuando pensamos y decidimos las cosas juntos”.

4. Enfocarse en el problema

Este no es el momento de discutir problemas de la relación u otros asuntos no relacionados. Pero es posible que aunque usted no se desvíe del tema, su pareja si lo haga. Para evitar que suceda, usted podría decir algo como: “Vamos a hablar de una cosa a la vez”. O, “también quiero hablar de las responsabilidades de Clara en la casa. Pero hoy enfoquémosnos en este asunto”.

5. Escuchar

Escuchar es esencial durante las conversaciones difíciles. Esto significa escuchar atentamente lo que dice su pareja y no interrumpir. No piense en cuál va a ser su próximo comentario mientras su pareja está en medio de una frase. Permanezca presente y trate de procesar los comentarios de su pareja antes de empezar a hablar. También evite hacer juicios precipitados.

6. Reflexionar sobre lo que escucha aunque no esté de acuerdo

Una manera de demostrarle a su pareja que usted está prestando atención es reflexionar sobre lo que dijo. Usted podría empezar con algo como: “Déjame ver si realmente entendí lo que dijiste…”. Los expertos llaman a esta habilidad “escucha reflexiva”. Ayuda a evitar que las situaciones estresantes empeoren y a encarrilar las cosas cuando las personas se alteran.

7. Evitar acusar

Nada destruye más rápido una conversación productiva que las acusaciones. No acuse a su pareja de causar el problema o de evitar el tema. Evite afirmaciones como: “¡Siempre haces esto!”. Su pareja podría ponerse a la defensiva e incluso contraatacar. Y eso probablemente terminaría la conversación y detendría cualquier avance que hubieran logrado.

8. Encontrar algo con lo que están de acuerdo

Tal vez usted crea firmemente en lo opuesto a lo que dice su pareja. Pero ¿hay algún punto de encuentro en lo que sienten? Incluso un poco de consenso puede ayudarlos a sentir que están empezando a encontrar una solución. Usted podría decir: “Sé que te preocupa el tiempo que Liliana pasa en el teléfono. Estoy de acuerdo contigo en que deberíamos establecer un límite. Su TDAH le dificulta que administre su tiempo. Pero no creo que deberíamos prohibirle que lo use cuando esté en la casa. Es importante para su vida social”.

9. Hacer una pausa en caso necesario

Sin importar cuánto se esfuerce, la discusión podría alcanzar un punto de tensión que impide proseguir. Antes de iniciar la conversación, consideren establecer una señal para hacer una pausa. O diga algo como: “Vamos a dejarlo hasta aquí por ahora”, y fijen una hora para continuar la conversación al día siguiente. Una vez que estén calmados, trate de reiniciar la conversación. Si la dificultad para hablar persiste, tal vez quieran consultar con un consejero o terapeuta que los ayude a superar sus diferencias.

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