Tres mitos (y verdades) sobre las adaptaciones en el trabajo

Existen muchas ideas erróneas sobre las adaptaciones en el lugar de trabajo para personas con discapacidades. Conozca la realidad para que todos los empleados se puedan beneficiar.

La Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA, por sus siglas en inglés) garantiza a los trabajadores con discapacidades el derecho a razonables en el lugar de trabajo que les permitan tener igualdad de oportunidades en la realización de sus funciones.

Pero muchas personas podrían sentir desconfianza o frustración al ver a un compañero de trabajo utilizar una adaptación. Puede ser difícil encontrar información clara sobre qué son las adaptaciones en el lugar de trabajo o cómo funcionan.

Lo cierto es que las adaptaciones mejoran el lugar de trabajo para todos. Estos son tres de los grandes mitos acerca de las adaptaciones en el lugar de trabajo.

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Mito 1: Las adaptaciones son una forma de trato preferencial

Cuando todos están bajo presión en el trabajo, especialmente en un trabajo físicamente exigente, los empleados se podrían molestar si ven que un compañero utiliza una adaptación. Esto podría ser percibido como un acto de favoritismo, en especial cuando la discapacidad del empleado no es evidente.

Por ejemplo, una empleada de nombre María podría hacer pausas más frecuentemente que los demás. Sus compañeros de trabajo podrían pensar que ella está recibiendo un trato preferencial o que está infringiendo las reglas.

La realidad

Las adaptaciones no son favoritismo: están diseñadas para brindar a todos las mismas oportunidades de realizar su trabajo de la mejor manera posible. Una adaptación responde a una necesidad real. Pero los empleadores están obligados a mantener confidencial la información médica de sus empleados. Esto significa que otros miembros del equipo no necesariamente sabrán el porqué de una adaptación.

Por ejemplo, María puede que haya solicitado de manera discreta tener descansos más frecuentemente para manejar su diabetes. La flexibilidad del horario podría ser una adaptación aprobada por la empresa para que ella pueda cumplir con su trabajo y a la vez mantenerse saludable. La adaptación no es un trato preferencial. De hecho, permite que ese empleado esté al mismo nivel que los demás.

Mito 2: Los empleadores no pueden sancionar o despedir a empleados con adaptaciones

Esta es un área de confusión común. Incluso puede que a los empleadores y supervisores les preocupen las reglas sobre el proceso de las adaptaciones. Algunos incluso evitan hablar de las adaptaciones por temor a infringir la ley.

Imagínese la siguiente situación: Dos personas solicitan el mismo puesto de trabajo y uno de los requisitos es poder teclear 75 palabras por minuto.

Uno de los solicitantes tiene una discapacidad y con una adaptación razonable teclea 50 palabras por minuto durante la entrevista. El otro solicitante no tiene ninguna discapacidad y teclea 75 palabras por minuto durante la entrevista.

El empleador se podría preguntar: ¿Tengo que contratar a la persona con discapacidad, aunque no cumpla el requisito?

La realidad

El empleador puede contratar a la persona que haya tecleado con mayor velocidad, siempre que la velocidad para teclear sea una parte esencial del trabajo.

A pesar de que las adaptaciones razonables están garantizadas por ley, todos los empleados, incluidos los que necesitan adaptaciones, tienen que cumplir con los estándares de desempeño establecidos por el empleador.

Se espera que los empleados con o sin una discapacidad realicen las funciones esenciales del puesto de acuerdo con los estándares establecidos por el empleador. Esto significa que los empleados con discapacidades pueden estar sujetos a los mismos criterios de selección que los demás.

Mito 3: Las adaptaciones no son relevantes para las personas que no tienen una discapacidad

Las personas que consideran que no tienen una discapacidad podrían asumir que nunca necesitarán pensar mucho en las adaptaciones en el lugar de trabajo. Podrían pensar que es algo que aplica solamente a otras personas.

La realidad

La mayoría de nosotros necesitaremos adaptaciones en el lugar de trabajo en algún momento de nuestra carrera. Por ejemplo, una lesión en la espalda podría conducir a la necesidad de utilizar una silla o un escritorio especial. O ciertos tratamientos médicos podrían requerir un horario de trabajo más flexible o más tiempo libre.

Incluso si usted nunca llega a necesitar una adaptación específica en el lugar de trabajo, es probable que las adaptaciones faciliten su trabajo. En primer lugar, porque sus compañeros tendrán las herramientas que necesitan para hacer su trabajo, lo cual beneficia a todos.

Además, se ha demostrado que las adaptaciones pueden contribuir a un lugar de trabajo más funcional. Por ejemplo, un empleador podría añadir imágenes a un manual de capacitación para ayudar a un empleado en particular, y darse cuenta de que esas imágenes están ayudando a todos a aprender el material con mayor rapidez.

Más recursos

Aunque existen muchos mitos acerca de las adaptaciones en el lugar de trabajo, lo cierto es que son una manera importante de mejorar las condiciones de trabajo para todos. Conozca más sobre las adaptaciones en el lugar de trabajo y sus derechos laborales:

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