Maneras inesperadas en que me afecta la discalculia

Desde que era pequeña he tenido dificultad con las matemáticas en la escuela. Finalmente, me enteré que tengo discalculia, una discapacidad del aprendizaje en matemáticas.

Con los años descubrí que la discalculia me afecta más allá de las matemáticas y la escuela. Al principio era frustrante y difícil aceptar el impacto que tenía en mi vida diaria. Pero con el tiempo he aprendido estrategias y trucos que me han facilitado un poco vivir con esta diferencia del aprendizaje.

Estas son siete maneras singulares en que la discalculia afecta mi vida diaria, y cómo manejo los desafíos.

1. Pagar en efectivo cuando comprar es estresante

Me encanta ir de compras, pero me paralizo cuando busco dinero en mi monedero y veo monedas de 5, 10 y 25 centavos. Intento calcular mentalmente la cantidad de monedas que tengo, y luego trato de determinar cuánto debo pagar. Pero cuando hay personas impacientes detrás de mí en la fila, me pongo muy nerviosa.

Actualmente mi solución es usar la tarjeta de débito. A veces practico en casa contar las monedas para probarme a mí misma. Pero a menos que no haya nadie detrás mío en la caja registradora, me abstengo de contar monedas.

2. Rara vez sé cuál es el precio de las ofertas

Suelo tener dificultad para determinar el precio de algo que está en oferta. ¿Qué significa 25% o 35% de descuento si no puedo calcular el precio final?

Afortunadamente la tecnología ayuda. Si hay algo en rebaja, utilizo la calculadora de mi teléfono para averiguar el precio con el descuento.

3. Planificar ocupa toda mi atención

Debido a mi discalculia, a veces cometo errores al decir la hora. Programar citas puede ser un verdadero problema. Para planificar correctamente, necesito tener a mano y frente a mí el horario de clases de la universidad, el horario de estudio y cualquier otro horario para poder enfocarme en ellos. Esto me ayuda a saber cuándo tengo un momento libre para otra cita.

4. Tiendo a llegar con demasiada anticipación

Otro aspecto frustrante de la discalculia es saber cuánto tiempo necesito para llegar a un lugar. Todas las mañanas uso el transporte público para ir de mi casa a la universidad. Pero cada día me cuesta estimar cuánto tiempo tardaré, especialmente si hay tráfico o una construcción en la vía.

Como me pone nerviosa pensar que podría llegar tarde a clase, me despierto tres horas antes y salgo temprano. El resultado es que suelo estar esperando fuera de la clase antes de que lleguen otros estudiantes. Incluso a veces llegó antes que el profesor. ¡Pero es mejor que llegar tarde!

5. No entiendo direcciones como norte y sur

La discalculia también afecta mi sentido de orientación. Las indicaciones “norte”, “sur”, “este” y “oeste” en los mapas suelen confundirme.

Cuando necesito ir a algún lugar, y alguien me dice que está al suroeste o al noreste, me confundo más. Afortunadamente, mi teléfono incluye un mapa y un navegador que son fáciles de usar. La tecnología me facilita mucho trasladarme de un lugar a otro.

6. Me golpeo la cabeza con todo

Otra cosa sorprendente de la discalculia es que puede afectar la conciencia espacial. A menudo tengo dificultad para calcular qué tan lejos están de mí están objetos como puertas, gabinetes y mesas.

No podría decir cuántas veces a la semana me golpeo la cabeza contra cosas. Lamentablemente no existe una solución tecnológica para esto. Así que tengo que tener mucho cuidado y agacharme lentamente para no golpearme la cabeza.

7. Tardaré en aprender a conducir

Debido a mis dificultades con el espacio, cuando estoy en un auto me suele poner nerviosa lo cerca que están otros autos. Tengo 21 años y aún no tengo licencia de conducir. Algún día aprenderé a conducir. Sé que requerirá mucha práctica y que tendré que enfrentar mis miedos. Pero ese es otro desafío que superaré cuando me sienta preparada. Y tal vez los autos sin conductor sean una realidad para entonces.


Conozca la realidad de siete mitos comunes acerca de la discalculia.

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