Celebridades en primer plano: Cómo tener TDAH ayudó a Michael Phelps a hacer historia en las olimpiadas

Michael Phelps tiene el récord de haber ganado el mayor número de eventos olímpicos en la historia, ¡y por una gran diferencia! El famoso nadador ha logrado 28 medallas, incluyendo 23 de oro. Pero una de las cosas que lo impulsó a ganar es algo inverosímil: Su TDAH.

Le mostramos cómo Phelps convirtió su problema de atención en un triunfo atlético.

Antes de la natación, una infancia difícil

Al describirse de niño en su libro No Limits: The Will to Succeed, Phelps no presenta una imagen muy favorecedora que digamos: “Tenía orejas grandes. Era escuálido. Me criticaban mucho”. Y en su libro anterior, Beneath the Surface: My Story, dice que hablaba demasiado rápido y no miraba a las personas a los ojos cuando le hablaban.

Desde kínder, Phelps tuvo problemas de inatención. Una maestra le comentó a su madre, que también era maestra: “Su hijo nunca podrá concentrarse en nada”.

Phelps era muy travieso y le gustaba ser el centro de atención. En la clase de ciencias encendió todos los quemadores de gas para que el olor molestara a sus compañeros de clase. Se inscribió en un show de talentos de la escuela para hacer malabarismos, sabiendo muy bien que no sabía hacerlo.

“Simplemente no me podía quedar quieto, se me hacía difícil enfocarme en una cosa a la vez”, recuerda Phelps en Beneath the Surface. “Tenía que ser parte de todo”.

Eso era especialmente difícil en la casa. Cuando tenía siete años de edad, los padres de Phelps se divorciaron. Él dice: “Al empezar a darme cuenta que mi padre iba a estar lejos durante mucho tiempo, necesité algo que pudiera atraer mi atención”.

Descubrir la natación y su potencial

Sus dos hermanas mayores nadaban en el club acuático de la localidad, por lo que su madre decidió que también él debería intentarlo.

“Puede que usted piense que el primer día que toqué el agua me convertí en algo así como un delfín y que nunca más quise salir de la piscina”, escribió en Beneath the Surface. “De ninguna manera. Lo odiaba. Me estoy refiriendo a gritos, pataletas y puñetazos, y a odiar las gafas de natación”.

Con la práctica, Phelps encontró su zona de confort: “Una vez que descubrí cómo nadar, me sentí muy libre”. Recuerda: “Podía nadar rápido en la piscina, en parte porque al estar allí mi mente se calmaba. En el agua me sentí en control por primera vez”.

Él no fue el único que valoró su recién adquirida pasión. “Mi mamá estaba encantada de que yo nadara porque quería que gastara tanta energía como fuera posible”, según Phelps. No le molestaban las horas que tardaba llevándome a las prácticas y a las competencias”.

Phelps fue diagnosticado con TDAH en sexto grado. No obstante, a pesar de que no podía permanecer quieto en clase, podía nadar hasta tres horas en la piscina después de la escuela.

A la edad de 10 años, Phelps era un nadador clasificado a nivel nacional. A los 11 años conoció al famoso entrenador de natación Bob Bowman. Bowman era una autoridad intimidante al que no le preocupaba que Phelps practicara ejercicios agotadores.

“No parecía que Bob y yo congeniáramos. Yo era el tonto; él era el jefe”, recuerda Phelps. Teníamos muchas fricciones. Pero Bowman vio que Phelp tenía potencial para ser ganador.

“Bob era muy franco acerca de mis talentos, mi actitud, mi concentración inconsistente y mis momentos de indiferencia y falta de determinación. También dijo que tenía una oportunidad que otros niños no tenían”.

Obtener la medalla de oro

Phelps superó todas las expectativas que Bowman y su familia tenían puestas en él. A los 15 años nadó en los Juegos Olímpicos de 2000, y desde entonces ha ganado medallas en cada olimpiada de verano.

Varias veces Phelps ha declarado estar listo para retirarse de la natación. Pero sigue regresando al agua.

Fuera de la piscina, se ha dedicado a promover cómo evitar accidentes en el agua y una manera saludable de vivir a través de programas de natación para jóvenes. La Fundación Michael Phelps ha fomentado la natación en más de 15 mil niños a través de Boys & Girls Clubs of America y de las Olimpiadas Especiales.

Para Phelps la piscina ha representado muchas cosas. Ha sido un refugio, un escape y un lugar donde sus destrezas y su pasión lo han impulsado hacia la grandeza. Ahora, a través de su fundación, espera que pueda ser “ese lugar” para miles de niños con TDAH y diferencias de aprendizaje.

¿Le preocupa que su hijo pudiera tener TDAH? Si es así, existen pasos que puede seguir para averiguarlo. Si su hijo fue recientemente diagnosticado con TDAH, conozca qué puede hacer a continuación. Para más inspiración, revise una colección de historias de personas exitosas con TDAH.

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