4 alternativas para pedir golosinas en Halloween

Salir a la calle a pedir golosinas es el momento más esperado del Halloween para muchos niños. Pero el ruido, las multitudes y la emoción pueden hacer que se convierta en una experiencia difícil para algunos. Esto es especialmente cierto para los niños con y dificultades del .

Si su hijo tiene dificultad para controlarse o experimenta sobrecargas sensoriales, tal vez usted no quiera festejar esta tradición. Sin embargo, hay maneras de hacer que el momento de pedir dulces sea más agradable para los niños que tienen TDAH y desafíos sensoriales.

Estas son cuatro alternativas divertidas al tradicional “trick-or-treat".

1. Hacer y entregar bolsas de golosinas con antelación

Tocar timbres en calles oscuras y llenas de gente puede ser un problemático para los niños con TDAH. Podrían tener dificultad para permanecer con el grupo o para seguir las normas de seguridad. Una manera divertida y segura de que los niños disfruten la emoción de tocar timbres es dejar las bolsas de golosinas en las puertas con antelación.

Para comenzar, prepare las bolsas de Halloween con su hijo. Llénelas con caramelos, dulces caseros u otras cosas no comestibles como plastilina. Distribuya las bolsas en casa de amigos y vecinos unos días antes del Halloween. Haga que su hijo toque el timbre, deje la bolsa y salga corriendo. 

Incluya una nota dentro de la bolsa en la que explique que han sido "asustados" por su hijo. Y sugiérales que hagan lo mismo en su casa.

2. Salir a pedir dulces durante el día

Las multitudes, las decoraciones brillantes y la oscuridad pueden ser abrumadoras, en especial para los niños con dificultades del procesamiento sensorial. Una manera de evitar la sobrecarga sensorial es salir a pedir dulces durante el día o al atardecer.

Busque tiendas, centros recreativos u otros lugares en su vecindario que ofrezcan “trick-or-treat" durante el día. O pregunte a sus vecinos si puede llevar a su hijo a sus casas antes de que anochezca (y antes de que lleguen las multitudes).

3. Participe en una “búsqueda de dulces”

Ir de puerta en puerta puede ser difícil para los niños que tienen dificultad para pasar de una actividad a otra, incluyendo los niños con TDAH. Puede que les cueste interrumpir cuando llega el momento de regresar a casa, incluso cuando se les dijo repetidamente a qué hora terminaría la actividad o el número de casas que visitarían.

Una manera de evitar ese conflicto es participando en un solo evento. Invite a un grupo pequeño de niños a una “búsqueda de dulces”. Esconda las golosinas en su casa, el patio o en el parque de su vecindario. Haga que los niños las busquen. Una vez que las encuentren todas está claro que la búsqueda ha terminado.

En ciertas comunidades, las familias decoran sus autos y eligen un lugar donde estacionarlos (por ejemplo, un estacionamiento). Los niños caminan de un vehículo a otro recolectando dulces. Estos eventos, aunque concurridos, son una alternativa segura para los niños que necesitan un límite claro para detenerse. Usted puede aclarar a su hijo que la actividad termina cuando haya visitado todos los autos. 

4. Organice una fiesta de Halloween

Organizar una fiesta en su casa podría parecer demasiado trabajo. Pero si es pequeña y adaptada a las necesidades de su hijo podría evitarle un dolor de cabeza. 

Organice un baile de Halloween, si los niños son muy energéticos. Así podrán descargar su energía en la seguridad de un espacio limitado. Escoja una película de Halloween apropiada, si los niños disfrutan actividades tranquilas. Y no es obligatorio disfrazarse, si a los niños les molesta ponerse el disfraz.   

Pídales a sus invitados que traigan golosinas para intercambiar entre ellos. Tenga un recipiente lleno de dulces para que los niños pueden agarrarlos a lo largo del evento.

Independientemente de la actividad que usted escoja, la parte más difícil del Halloween podría ser irse a dormir. Una forma de ayudar a los niños con la transición es hacer un ritual para relajarse como parte de la noche de Halloween. Los niños más pequeños podrían bañarse y después leer una historia de Halloween. Los niños más grandes podrían contar y ordenar sus dulces mientras escuchan música relajante.

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