Cómo distinguir un berrinche de una crisis

Cuando un niño está enojado y frustrado, y parece estar portándose mal, ¿es un berrinche o una crisis emocional? Muchas personas utilizan estos términos indistintamente. Los berrinches y las crisis son diferentes, aunque se parezcan. La manera de manejarlos depende de cuál sea.

Conozca cómo distinguir una rabieta de una crisis emocional.

 BerrincheCrisis emocional
Qué es
  • Un estallido de enojo o frustración.
  • Los niños podrían gritar, llorar, agredir y contener la respiración.
  • Los niños suelen tener cierto control de su comportamiento.
  • Un berrinche tiende a parar cuando los niños obtienen lo que quieren. (Los berrinches se pueden convertir en crisis emocionales).
  • Una reacción a sentirse abrumado.
  • Los niños podrían gritar, llorar, agredir, huir y/o encerrarse en sí mismos y aislarse.
  • Las crisis emocionales son una reacción de todo el cuerpo que está fuera del control del niño.
  • Una crisis tiende a detenerse cuando los niños se agotan o cuando hay un cambio en su entorno o en lo que están experimentando.
Qué lo desencadena
  • El deseo de conseguir algo, evitar algo o conseguir una reacción determinada de alguien.
  • Frustración.
  • No poder comunicar sus necesidades y deseos.
  • Sobrecarga. Puede ser una sobrecarga de emociones, de información o una sobrecarga sensorial.
  • Frustración intensa.
  • Cambios repentinos en las rutinas o las expectativas.
  • No poder comunicar sus necesidades y deseos.
Señales que puede observar

Los niños que tienen un berrinche también pueden:

  • Poner atención a lo que sucede a su alrededor.
  • Observar las reacciones de otras personas y ajustar su comportamiento.
  • Tratar de negociar una solución mientras gritan.
  • Parar la rabieta cuando obtienen lo que quieren o cuando se dan cuenta de que no obtendrán lo que quieren portándose mal.

En una crisis los niños también pueden:

  • Parecer que no tienen control de lo que están haciendo y lucir asustados.
  • Encerrarse en sí mismos o intentar escapar. 
  • No poder procesar lo que sucede a su alrededor.
  • No responder a lo que dicen las personas o a cómo reaccionan.
  • Perder su capacidad de resolver problemas y negociar.
  • Necesitar tiempo para calmarse y recuperarse una vez que ha pasado la crisis.

Conocer los desencadenantes puede ayudar a calmar un berrinche y una crisis. Averigüe cómo ayudar a los niños a lidiar con la frustración y a que aprendan a controlarse. Lea cómo una familia recuperó su poder de padres después años de no saber manejar las crisis.

Acerca del autor

Acerca del autor

Amanda Morin es la autora de “The Everything Parent’s Guide to Special Education” y fue la directora de liderazgo intelectual en Understood. Ayudó a desarrollar Understood desde su inicio en calidad de experta y escritora.

Revisado por

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Vanessa M. Pastore (MA, OTR/L) es una terapeuta ocupacional pediátrica especializada en integración sensorial. Tiene una clínica privada en la ciudad de Nueva York.

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