Cómo desarrollan los niños habilidades para razonar y aprender

De un vistazo

  • Los niños aprenden a través de establecer conexiones cerebrales llamadas vías o circuitos neuronales.

  • Mientras más se usen estas vías neuronales, más fuertes se vuelven.

  • Los niños adquieren distintos tipos de habilidades en diferentes etapas del desarrollo.

Los niños desarrollan habilidades de la misma manera que los constructores construyen una casa. Empiezan por los cimientos. Lo que se construya sobre esa base en las distintas etapas del desarrollo determina cómo se verá la casa y cómo se pasará de una habitación a otra.

Ver a los niños aprender puede parecerse mucho a pasar todos los días frente a una construcción. De repente, usted puede notar que la casa avanza más rápido de lo esperado. Otras veces, puede ser que no observe muchos cambios aunque haya mucho trabajo ocurriendo detrás de escena.

A continuación aspectos importantes sobre cómo los niños aprenden y desarrollan diferentes habilidades de pensamiento.

Construir el sistema de cableado del cerebro

Cada célula cerebral (neurona) se parece un poco a un pequeño árbol. A medida que los bebés captan información del exterior, sus neuronas se ramifican y crean conexiones entre sí. Cada neurona puede tener múltiples conexiones con otras neuronas. Estas conexiones, llamadas vías neuronales, son como un sistema de cableado eléctrico.

Los “cables” en el cerebro transmiten información al liberar sustancias llamadas neurotransmisores en los espacios que hay entre las neuronas: las “cajas eléctricas” conocidas como sinapsis.

Cómo funcionan las vías neuronales

Cada vía neuronal es un circuito. Piense en las luces de su casa. Al presionar un interruptor se prende una luz. Eso se debe a que presionar el interruptor permite que la electricidad se transmita por un circuito y genere una respuesta. Al igual que ese circuito eléctrico, algunos circuitos cerebrales son “dependientes de la actividad”. Pero otros circuitos están desarrollados desde el nacimiento, como los de la respiración y la circulación.

Los circuitos dependientes de la actividad necesitan estímulos para funcionar, y funcionan mejor mientras más estimulación reciban. Pero ese estímulo es más complicado que simplemente oprimir un interruptor, proviene de todas las experiencias que tienen los niños. Los sonidos, las imágenes, los sabores, los olores, las sensaciones táctiles y las emociones ayudan a que el cerebro libere neurotransmisores y se activen esos circuitos.

Podar las vías

Mientras más a menudo se utilice una vía neuronal, más se fortalece. Los circuitos que no se usan se debilitan y desaparecen con el tiempo gracias a un proceso llamado poda. Esto es normal. Los niños pequeños tienen más circuitos de los que necesitan.

Este proceso de poda ocurre durante la infancia y adolescencia. Eso significa que el cerebro de los niños es suficientemente flexible como para crear continuamente nuevos circuitos y refinar las vías neuronales que se utilizan con frecuencia. Esta flexibilidad es conocida como plasticidad.

El poder de la plasticidad

Dado que no todos los niños procesan la información de la misma manera, la plasticidad es importante. Los cerebros de algunos niños no siempre usan los neurotransmisores tan eficazmente como se espera. Esto puede dificultar la creación o el fortalecimiento de algunas vías neuronales.

Sin embargo, enseñar a los niños diferentes formas de procesar la información aprovecha la plasticidad cerebral. Ayuda a las neuronas a construir nuevas vías. Puede que la información tenga que tomar un desvío y tarde un poco más en llegar, pero igualmente llega.

Aprender a través de los sentidos

Los niños no tienen que pensar en desarrollar vías neuronales, ocurre de forma natural mientras exploran y aprenden de su entorno. El psicólogo suizo Jean Piaget propuso una famosa teoría acerca de cómo los niños desarrollan habilidades cognitivas (o de pensamiento) por etapas.

La primera etapa es cuando los bebés usan los sentidos (la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato) para empezar a hacer conexiones. Probablemente usted ha visto bebés probando, sacudiendo y arrojando objetos. También empiezan a arrastrase y a agarrar cosas, y finalmente a gatear y caminar.

Todas estas actividades, incluso masticar todo lo que encuentran, ayudan a desarrollar vías neuronales que controlan el desarrollo motor, visual y del lenguaje.

Por ejemplo, los bebés continúan haciendo sonidos para atraer la atención. Siguen metiéndose a la boca cosas que les saben bien, y moviéndose hacia lugares que desean ver.

A medida que siguen haciendo estas cosas, el cerebro fortalece esos circuitos y las actividades se vuelven más fáciles.

Aprender a través del lenguaje

El lenguaje se desarrolla aceleradamente entre los 2 y los 7 años. Los niños generalmente aprenden más palabras, usan oraciones más complejas e incluso leen un poco. Durante esta etapa es muy importante proporcionar a los niños un entorno rico en lenguaje. Mientras más expuestos están a palabras e ideas, más vías neuronales desarrollarán.

A esta edad también usan objetos para jugar de manera más imaginativa o simbólica. Por ejemplo, usted podría ver que su hijo usa un palo largo como si fuera un caballo o convierte una caja de cartón en una nave espacial.

Por otro lado, las habilidades sociales se desarrollan lentamente a esta edad. Esto se debe a que los niños no están preparados para entender la lógica, el razonamiento y las opiniones de otras personas. A menudo tienen dificultad para ponerse en el lugar de los otros y pueden criticar las elecciones y el comportamiento de los demás.

Aprender a través de la lógica

A partir de los 7 años y hasta la escuela media aproximadamente, los niños empiezan a pensar de manera más lógica. Son más capaces de hacer conexiones entre las cosas. Se convierten en “detectives” que pueden ver pistas y conectarlas.

Socialmente, los niños a esta edad suelen desarrollar la habilidad de esperar su turno, considerar los puntos de vista de los demás y entender que las acciones tienen consecuencias. Los circuitos que procesan emociones y sentimientos se fortalecen y maduran. En esta etapa usted puede ayudar a los niños a reflexionar sobre cosas como la causa y el efecto.

Aprender a través del razonamiento

Los adolescentes empiezan a pensar de manera más abstracta y con mayor complejidad. Se preguntan “¿qué pasaría si...?” en las situaciones para averiguar posibles resultados. En la escuela, esto significa que están listos para aprender habilidades matemáticas más complicadas y entender los personajes y los argumentos de manera más profunda cuando leen.

Socialmente, estas nuevas habilidades los ayudan a entender que las reacciones de otras personas a veces se basan en diferentes puntos de vista y experiencias. Físicamente, significa que son capaces de coordinar diferentes tipos de habilidades para lograr cosas más complicadas, como conducir.

Una vez que los niños llegan a la adolescencia continúan desarrollando las habilidades de razonamiento. De hecho, las habilidades del funcionamiento ejecutivo (las habilidades que nos ayudan a planificar, organizar y completar tareas) no maduran por completo hasta los 18 o 20 años. A medida que los niños crecen, el sistema de cableado del cerebro se vuelve más complejo: los circuitos se conectan con otros circuitos para lograr que todas esas habilidades funcionen conjuntamente.

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Puntos clave

  • Las experiencias nuevas y explorar el mundo ayudan a los niños a construir vías neuronales.

  • Algunas de estas vías neuronales no se desarrollan completamente sino hasta el final de la adolescencia o cuando la persona tiene alrededor de veinte años.

  • Enseñar a los niños distintas maneras de procesar la información aprovecha la capacidad del cerebro de desarrollar nuevas vías.

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