4 maneras en que mantengo la cordura durante las festividades

Es una de las épocas más alegres del año... excepto cuando no lo es. Obtenga recomendaciones de una mamá para mantener la cordura durante la temporada navideña.

Las festividades decembrinas pueden ser una temporada estresante para mí. Mis suegros hacen críticas y los niños son desobedientes. Además, hay un millón de cosas que hacer con muy poco (o nada) de tiempo para dormir. Y cuando a esta situación se agregan niños neurodivergentes, todo se vuelve aún más caótico.  

Mis hijos tienen actualmente 14 y 12 años, y creo que recién he logrado dominar cómo mantener la calma en esta época del año. Esto es lo que hago para mantener la cordura durante la temporada navideña.

Abandono las expectativas 

Un año, le compré a mi hija un hermoso vestido navideño con un reno bordado y una falda amplia y vaporosa. A mi hijo le compré un suéter navideño que hacía juego. Mi esposo y yo también teníamos unos trajes perfectos para la ocasión. 

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Programé una sesión fotográfica y me imaginaba las bellas fotografías que tendríamos. En lugar de eso, mi hija se negó a ponerse el vestido porque le picaba mucho. Mi hijo se rehusó a sonreír ante la cámara. Y mi esposo estaba cansado de la situación.

Así que abandoné mis expectativas de cómo deberían ser las festividades. Empecé a concentrarme más en vivir el presente con mis hijos. A aceptar los contratiempos inevitables, como sesiones fotográficas que salen mal.

Soy más flexible con las restricciones

Mis hijos tienen TDAH: necesitan estructura, rutinas y límites firmes. Nada de esto existe en la casa de la abuela. Y esto solía molestarme. 

“Mamá, eso es demasiada azúcar”. “Mamá, ellos no pueden comer eso antes de cenar”. “Mamá, necesitan salir un rato afuera”. Después de unos años de repetir lo mismo inútilmente, decidí relajarme. 

Una semana de sobredosis de azúcar y reglas menos estrictas no iban a perjudicar a mis hijos. En casa de la abuela, mis hijos pueden disfrutar cosas que no están permitidas durante 11 meses del año. Y me estreso menos al saber que no durará mucho.

Hablo de las situaciones complicadas con anticipación

Muchos niños neurodivergentes (incluidos los míos) tienen dificultad para ser conscientes en situaciones sociales. Si no les gusta un regalo, lo más probable es que lo digan. Se quejarán en voz alta si no les gusta la comida. Y tampoco se quedarán callados cuando quieran irse a casa. 

Empecé a hablar con mis hijos acerca de qué hacer en esas situaciones. Por ejemplo, hablamos de cómo mostrarse agradecidos por los regalos que reciben, incluso cuando no les gustan. Hablamos mucho sobre el respeto hacia las personas mayores y cómo mantener límites sin dejar de ser amables. 

Salgo a caminar

Salir a dar un paseo me da la oportunidad de estar sola un rato. También tengo tiempo para reflexionar sobre por qué estamos todos reunidos.

Cuando tuve a mis hijos, quería que todo fuese como en las películas navideñas. Pero esto no es realista. Lo último que quiero que mis hijos recuerden es una mamá que siempre estaba estresada perdiendo la paciencia. Así que, cuando necesito tiempo para mí, salgo a caminar.

Conozca maneras de hacer que las festividades sea más fáciles de manejar para los niños con TDAH.