Problemas con la autorregulación: Lo que necesita saber

De un vistazo

  • La autorregulación permite que los niños manejen sus emociones, su comportamiento y sus movimientos corporales cuando se enfrentan a situaciones difíciles.

  • La autorregulación no es lo mismo que el autocontrol.

  • Los niños que tienen TDAH y dificultades del procesamiento sensorial a menudo tienen problemas con la autorregulación.

¿Con frecuencia su hijo actúa impulsivamente en una situación emocional. Algunos niños actúan así a menudo, pero después son capaces de decir lo que deberían haber hecho. Algunos se sobreexcitan con regularidad y les cuesta tranquilizarse. Los padres y cuidadores puede que se pregunten por qué esos niños no dicen que se sienten abrumados antes de tener una crisis.

Los niños van desarrollando habilidades de autorregulación a medida que crecen. Pero los que tienen dificultades del funcionamiento ejecutivo como el , o dificultades del procesamiento sensorial generalmente carecen de esa capacidad.

Esto es lo que necesita saber acerca de la autorregulación.

Qué es la autorregulación

Puede ser fácil confundir la autorregulación con el autocontrol. Ambos están relacionados, pero no son lo mismo. El autocontrol es principalmente una habilidad social. Los niños lo utilizan para controlar su comportamiento, sus emociones e impulsos.

¿Necesita más orientación?

Obtenga respuestas a todas sus preguntas con el Asistente de Understood.

La autorregulación es un tipo de habilidad diferente. Permite manejar emociones, comportamiento y movimientos corporales frente a una situación que es difícil de manejar. Y les permite a los niños hacerlo mientras permanecen enfocados y atentos.

Eso significa que los niños saben determinar lo que necesitan para tranquilizarse cuando se molestan. Son capaces de ser flexibles cuando las expectativas cambian y pueden evitar los estallidos de frustración. Esta habilidad se desarrolla con el tiempo. Por ello es bastante común que un niño de 4 años tenga un berrinche, pero no niño de 12 años. Si un niño de 12 años tiene berrinches con frecuencia, probablemente tiene un problema con la autorregulación.

Cómo funciona la autorregulación

Puede pensar en la autorregulación en términos de cómo funciona un termostato. Un termostato está diseñado para encenderse o apagarse cuando una habitación llega a cierta temperatura o “punto de ajuste”. Para hacerlo, necesita llevar el registro de los cambios de temperatura, compararlos con el punto de ajuste y “saber” si hay que calentar o enfriar la habitación para alcanzar la temperatura deseada.

Cuando se trata de la autorregulación, su hijo también tiene un “punto de ajuste” que es cuando es capaz de controlar sus emociones y comportamiento de forma adecuada.

Para mantener ese punto de ajuste, los niños requieren llevar el registro de los cambios producidos en su situación o entorno. Necesitan evaluar cómo se sienten y reaccionan en comparación con su punto de ajuste. Y tienen que saber qué hacer para regresar a ese punto.

Todo esto tiene que ver con cómo procesan la información y las emociones.

La autorregulación y las dificultades del procesamiento sensorial

Los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial tienen problemas para manejar la información captada por uno o más de sus sentidos. Eso incluye los cinco sentidos tradicionales: la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto. También incluye tres sentidos menos conocidos que son: la propiocepción, el sentido vestibular y la interocepción.

La fuente del problema es el sistema nervioso del cuerpo. El sistema nervioso tiene dificultad para autorregularse. Así que cuando los niños se encuentran en situaciones que generan una sobrecarga sensorial, no pueden autorregularse. Sus emociones y conductas están fuera de control, a pesar de que estén conscientes de las cosas que los están abrumando.

Considere este ejemplo. Antes de ir a la tienda con su hijo, él cuenta su dinero y se da cuenta de que tiene suficiente para comprar el juguete de moda que todos los niños quieren. Al llegar a la tienda, ya está sobreexcitado.

Sin embargo, el exhibidor es sobrecogedor. Así como la multitud que se abalanza por comprar el juguete, sin mencionar el ruido. De repente, comienza a tener una crisis sensorial y tienen que irse de la tienda sin comprar el juguete.

La autorregulación, el TDAH y las dificultades del funcionamiento ejecutivo

Los problemas con la función ejecutiva también pueden causar problemas con la autorregulación. A los niños con TDAH les resulta difícil manejar sus emociones, por lo que frecuentemente reaccionan exageradamente. También carecen de control de los impulsos y podrían decir y hacer cosas que no son apropiadas en determinada situación.

A menudo los niños con TDAH también tienen problemas con el pensamiento flexible. Eso significa que tienen dificultad para pasar de una situación a otra y saber cómo enfrentarla.

El resultado final es falta de autorregulación. Los niños reaccionan exageradamente en el momento porque no pueden detenerse, reflexionar sobre la situación e implementar soluciones. Eso puede causar berrinches. También podrían tener dificultad para manejar emociones difíciles como el duelo y los sentimientos o experiencias negativas persisten por más tiempo.

Considere el mismo ejemplo del juguete. Esta vez cuando llegan a la tienda, el juguete que su hijo quería está agotado. La tienda hizo un pedido y llegará la semana siguiente.

A pesar de saber que el juguete llegará pronto, su hijo tiene una crisis emocional porque no es la situación que esperaba. Está tan desilusionado de que no esté disponible ahora que no logra controlar sus emociones.

Una vez que se tranquiliza es capaz de pensar más flexiblemente. Se da cuenta de que hay otras soluciones. Puede ver que todavía tiene el dinero y podrá comprar el juguete luego.

Ayudar a su hijo con la autorregulación

Sin importar la causa de las dificultades de autorregulación de su hijo, existen maneras de ayudarlo. El primer paso es ayudarlo a reconocer cuándo la información que recibe es un problema. Puede ser información captada por los sentidos o proveniente de pensamientos.

Este es un desglose de lo que requiere la autorregulación en la situación del juguete.

  1. Autoconciencia: Para un niño con dificultades sensoriales significa saber que una tienda con muchas personas puede generar estrés emocional. Para un niño con TDAH significa saber que es posible que haya que ajustar el plan. Pensar en ello con antelación puede ayudar, así como enseñar a su hijo a que le diga que la información es excesiva.

  2. Control de impulsos: El niño con TDAH puede saber que existen otras soluciones, pero no puede controlar el impulso de enojarse exageradamente. Los niños pueden controlar mejor sus emociones cuando han desarrollado destrezas para manejarlo.

  3. Establecer metas: En ambos casos fue difícil tener presente la meta de conseguir el juguete. Trabaje en establecer y lograr metas pequeñas para poder ser capaz de considerar metas mayores.

Las habilidades de autorregulación se desarrollan gradualmente. Por ello es importante saber cuáles pilares del desarrollo se requieren. Usted también puede ayudar hablando con los niños acerca de su “punto de ajuste” y enseñándoles maneras de manejar la frustración. Para niños con dificultades sensoriales, una dieta sensorial puede ayudarlos a aprender a autorregularse. Y todos los niños pueden beneficiarse de completar una hoja de ejercicios para la autoconciencia.

Puntos clave

  • La sobrecarga sensorial y las dificultades del funcionamiento ejecutivo pueden dificultar la autorregulación.

  • Las destrezas de autorregulación se desarrollan gradualmente y hay maneras de ayudar a su hijo a mejorarlas.

  • Trabajar en la autoconciencia, el control de los impulsos y la implementación de metas puede facilitar que su hijo aprenda a autorregularse.