9 actividades para estimular el pensamiento flexible en niños

Los niños utilizan el pensamiento flexible para aprender y en la vida diaria. Les permite analizar las situaciones de diferentes maneras y encontrar soluciones a problemas nuevos. Algunos niños desarrollan esta habilidad de manera natural. Otros tienen problemas con el pensamiento flexible y no ven alternativas.

Los juegos y las actividades que estimulan el pensamiento flexible pueden ser de ayuda. Estas son nueve actividades que puede practicar en la casa o en la escuela.

1. Jueguen Fannee Doolee

En este juego de palabras, Fannee Doolee prefiere las cosas que se escriben con letras dobles, en lugar de las cosas que no las tienen. Por ejemplo, a ella le gustan las “bees” (abejas) pero no le gustan los “bugs” (insectos). Le gusta “jelly” (la gelatina) pero no “jam” (la mermelada). O le gusta el color marrón pero no el negro, y la lluvia pero no el calor.

Siguiendo esta regla, intenten encontrar otras cosas que le gusten y le disgusten a Fannee. Pensar en pares de palabras que sean similares pero que tengan una diferencia importante ayuda a los niños a hacer cambios con más facilidad.

2. Lean "Amelia Bedelia" y otros libros que usen juegos de palabras

Los niños que son pensadores rígidos pueden tener dificultad para entender que las palabras pueden tener más de un significado. Ayúdelos a desarrollar esta habilidad leyendo libros como Amelia Bedelia.

Amelia entiende todo de manera literal. Por ejemplo, cuando le piden que “cambie la cama”, ella mueve la cama de lugar. Hablen de lo que debería haber hecho en su lugar.

3. Inventen nuevas reglas para los juegos

Los niños que tienen dificultad para pensar de manera flexible pueden tener problemas para ver que hay más de una manera de hacer las cosas. Practiquen descubrir alternativas, ayudándolos a crear nuevas reglas para los juegos.

Por ejemplo, haga que los jugadores se deslicen por las escaleras y suban por las toboganes en “toboganes y escaleras”, o que corran hacia las bases en sentido inverso en el béisbol. Una vez que el niño se sienta cómodo haciendo cambios simples como estos, pruebe combinar las reglas de dos juegos para crear uno nuevo.

4. Cuenten chistes y hagan juegos de palabras

Acertijos y chistes que juegan con el significado o los sonidos de las palabras pueden ser confusos para los niños que tienen dificultad con el pensamiento flexible. Muestre a los niños cómo los diferentes significados de las palabras pueden hacer reír a las personas.

Por ejemplo cuente un chiste como: “¿Por qué los peces son tan ricos? ¡Porque viven en bancos!” Después, hablen de cómo el chiste usa dos significados diferentes de la palabra “banco”. Anime a los niños a que también inventen juegos de palabras divertidos.

5. Encuentren más de una manera de hacer tareas cotidianas

A los niños que tienen un pensamiento rígido les gusta hacer las cosas en cierto orden. Hacer pequeños cambios en las rutinas diarias les muestra que hay diferentes opciones.

Por ejemplo, los niños podrían cambiar la manera en que preparan los sándwiches de mantequilla de maní y mermelada, colocando primero la mermelada. En la escuela, podrían usar una nueva ruta para ir del salón de clases a la biblioteca.

6. Jueguen a "¿qué es esto?”

Ayude a los niños a ver las cosas de maneras más creativas eligiendo objetos comunes e imaginando cuántas cosas diferentes podrían ser. Por ejemplo, un embudo podría ser un sombrero de cumpleaños, una trompeta y el cuerno de un unicornio. Un borrador de pizarrón podría ser un teléfono, un micrófono o un cepillo para el cabello.

7. Jueguen a “cuántas maneras...”

El pensamiento flexible es importante en matemáticas. Ayude a los niños más pequeños a desarrollar esta habilidad jugando “cuántas maneras...”. Reúna varios objetos diferentes, fichas, lápices de colores y cuentas. Después diga: “A ver de cuántas maneras podemos obtener el número 10”.

Los niños pueden elegir diferentes objetos del grupo para mostrar diferentes combinaciones que sumen 10. Por ejemplo, pueden escoger dos cuentas, cinco lápices y tres fichas. Si no logran hacer todas las combinaciones posibles, muéstreles las que faltan. También pueden turnarse.

8. Juegos de improvisación como "Sí, y..."

Los juegos de improvisación ayudan a los niños a aceptar e incorporar las ideas de los demás. "Sí, y..." se juega en parejas con otro niño o con un adulto.

Para iniciar el juego, uno de los participantes ambienta la escena con una afirmación como: “Es un día muy frío en las montañas”. El otro continúa con: “Sí, y no logro encontrar mis botas de invierno”. Los jugadores continúan el diálogo añadiendo afirmaciones del tipo "sí, y..." hasta que la historia llega a un final.

9. Juegos de estrategia y lógica

Los juegos de estrategia y lógica ayudan a los niños a considerar diferentes maneras de ver las cosas y resolver problemas y rompecabezas.

Para aumentar los beneficios de estos juegos, enséñeles habilidades de "diálogo interno". Pida a los niños que piensen en voz alta a medida que juegan e intentan resolver problemas en el juego. Esto puede ayudarlos a ver opciones y encontrar estrategias.

Hay muchas maneras de ayudar a los niños desarrollar habilidades de pensamiento flexible, tanto en el hogar como en la escuela. Las familias y los maestros pueden intercambiar ideas y colaborar para ayudar a los niños a aprender maneras diferentes de abordar los problemas.

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