Familia en Alaska usa su pasión por las patinetas longboard para destacar la dislexia

Montar patineta y la dislexia. Estos dos temas no suelen relacionarse. Pero la familia Conner de Anchorage Alaska sí lo hace.

Los tres jóvenes Conner tienen dislexia. En su proceso para ayudar a sus hijos, la familia se ha enfocado en esta original asociación. También han descubierto una manera de ayudar a otros que tienen dificultad para leer.

Longboard4Change o LB4C es la iniciativa de la familia Conner. Su objetivo es promover el deporte de montar patinetas longbboard para llamar la atención sobre la dislexia y las dificultades de alfabetización.

Longboard es un tipo de patineta con la tabla más larga. Es más rápida que una patineta común y a menudo se emplea en competencias. En los últimos años, las patinetas longboards se han vuelto muy populares entre los niños. Esto hace que este deporte sea una excelente manera de presentar las dificultades de alfabetización a los niños y a sus familias.

Los Conners difunden el tema de la dislexia en competencias de patinetas longboard y en eventos escolares. Asisten con longboards y volantes de su proyecto LB4C. Animan a las familias a que aprendan más sobre las dificultades con la lectura.

¿Cómo los Conners relacionaron montar patinetas longboarding con la dislexia?

Eso tiene que ver con los chicos Conner. Aaron, que va en quinto grado, tiene dislexia severa y . Allyson, que está en cuarto grado, también tiene dislexia. Y el hijo mayor, Casey (que aparece en la foto de arriba), tiene dislexia aunque sus síntomas son más leves que los de sus hermanos.

La mamá, Lisa Conner, ha luchado incansablemente para que sus hijos reciban los servicios que necesitan. Sin embargo, al lidiar con las escuelas se ha dado cuenta que es necesaria más concientización y educación sobre la dislexia. “Hay personas que me dicen que estos chicos solo necesitan esforzarse más”, dice. “Eso no es así. Aquí en Alaska necesitamos que los maestros reciban una mejor capacitación para la dislexia”.

También Lisa siempre está a la búsqueda de las pasiones y fortalezas de sus hijos. De ahí surgen las patinetas longboard.

Casey, estudiante de segundo año de bachillerato, tiene pasión por las patinetas longboard. Hizo su primera patineta longboard en la escuela media durante una clase de tecnología aplicada (creo que carpintería). Muy pronto empezó a montarla hasta 20 millas al día y a ganar competencias de carreras.

A Casey le encanta trabajar con sus manos y constantemente está proponiendo ideas. Por lo que Lisa pensó que hacer sus propias patinetas longboards podría ser una manera de que él sobresaliera fuera del contexto del entorno tradicional.

En el verano del 2014 después de la escuela media, Casey empezó el negocio de las patinetas longboard en el garaje de la familia. Las ventas iban bien. Un año más tarde, con la ayuda de su mamá, Casey abrió 907Boards, una tienda en Anchorage que vende longboards y patinetas regulares.

Por ser un adolescente de la localidad con una tienda, Casey empezó a atraer la atención de los medios de comunicación locales y de la comunidad. También lo mencionaron en publicaciones escolares.

Prontamente la tienda 907Boards se convirtió en un destino de las excursiones escolares. Estudiantes de todas las edades empezaron a visitarla para aprender sobre el negocio y sobre las patinetas. Recibían lecciones sobre cómo montar patinetas longboarding, haciendo énfasis en prevenir riesgos y en hacerla una actividad para toda la familia. La tienda se convirtió en el lugar favorito de las clases de escuela media y bachillerato. Incluso existe una rampa en la parte posterior de la tienda donde Casey ofrece lecciones.

Fue ese interés tan intenso que le dio a Lisa la idea de relacionar las patinetas longboards con la dislexia. Al igual que otras familias, en ocasiones se había sentido frustrada por la poca importancia que se le daba a la dislexia. Se preguntaba si la familia podría aprovechar la popularidad de montar patinetas longboarding para despertar conciencia sobre la dislexia. Y es así como comenzó LB4C.

LB4C se trata de generar cambio para Lisa Conner y su familia. El “cambio” que quieren es aumentar la comprensión sobre la dislexia en Alaska y alrededor del mundo.

“Muchas personas no saben qué es la dislexia”, dice Lisa. “Muchas personas me han agradecido por hablar sobre ello”.

Los Conners se han asociado con grupos de alfabetización locales como Literate Nation Alaska. También trabajan con la sucursal en Alaska de International Dyslexia Association. Otro grupo es Decoding Dyslexia Alaska. Incluso LB4C organizó un entrenamiento para familias sobre cómo hablar sobre la dislexia en la reuniones del consejo escolar.

LB4C es un esfuerzo familiar. Cuando la familia presenta su trabajo a las organizaciones, Casey y Aaron comparten la palabra y ambos presentan la información. Hablar en público ha sido una ayuda para Aaron. Su mamá Lisa explica que, aunque va atrasado en lectura, Aaron es muy verbal. “Está muy informado y es sociable”, comenta. La familia incluso bromea que Aaron es mejor vendedor que Casey.

“Yo no soy una estudiante disléxica”, dice Lisa. “Pero cuando hablo con mis hijos, especialmente con Aaron, comparo sus dificultades como si yo intentara escalar una montaña. No podría hacerlo sin tener mucha ayuda”.

“Deseo lo mismo para todos los que leen con dificultad”, concluye. “Ese es el cambio que queremos lograr con LB4C. Deseamos vivir en un mundo donde todos puedan aprender a leer”.

Lea sobre la labor de otra familia en crear conciencia sobre la dislexia.

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