Consejos prácticos para implementar descansos mentales en casa
Consejo práctico 1
Elija el momento adecuado para descansar.
Elija el momento adecuado para descansar.
Haga que los niños descansen antes de que comience la frustración o se distraigan. Los niños de primaria suelen necesitar un descanso después de trabajar de 10 a 15 minutos. Los estudiantes de escuela media y bachillerato suelen necesitar un descanso después de trabajar de 20 a 30 minutos.
Consejo práctico 2
Intente una actividad tranquila.
Intente una actividad tranquila.
Haga que los niños realicen una actividad tranquila. Podría ser respirar profundamente o hacer estiramientos suaves.
Consejo práctico 3
Descansar bailando.
Descansar bailando.
Para los niños que necesitan actividad física, bailar es una forma divertida de tomarse un descanso de los deberes. Pueden bailar una o dos de sus canciones favoritas antes de volver a sus obligaciones.
Consejo práctico 4
Asegúrese de que realmente sea un descanso
Asegúrese de que realmente sea un descanso
Pasar de los deberes a una actividad que se siente como trabajo (como las labores domésticas) no ayudará a los niños a recuperar la concentración. Asegúrese de que la actividad que elijan sea un verdadero descanso.
La mayoría de los niños tienen dificultad con las tareas de vez en cuando. Pero en los niños que aprenden y piensan de manera diferente es más frecuente, incluso puede ser todos los días. A estos niños la tarea escolar les produce más frustración y es menos probable que la terminen.
Los descansos mentales al hacer deberes escolares o tareas domésticas prolongadas pueden ayudar a aliviar esa frustración. Un descanso mental es exactamente lo que parece: un descanso de lo que los niños estén haciendo.
Se ha demostrado que los descansos breves tienen beneficios reales para el cerebro. Reducen el estrés, la ansiedad y la frustración. Y pueden ayudar a los niños a concentrarse y ser más productivos.
Los descansos mentales también pueden ayudar a los niños a aprender a autorregularse y a ser más conscientes de si están cansados o distraídos. Son especialmente útiles para los niños que tienen .
Ser capaz de retomar una tarea y terminarla también genera confianza y autoestima. Les muestra a los niños que pueden resolver las dificultades de la tarea y los motiva a seguir intentándolo.
Profundice
El objetivo de los descansos mentales es ayudar al cerebro a cambiar el enfoque. A veces eso significa levantarse y moverse, especialmente si los niños han estado sentados por mucho tiempo. El ejercicio aumenta el flujo de sangre al cerebro, lo que ayuda a concentrarse y mantenerse alerta. También reduce el estrés y la ansiedad, lo que facilita concentrarse en tareas importantes.
La investigación también ha demostrado que los niños aprenden más rápido después de hacer ejercicio. En un estudio, los niños aprendieron palabras un 20% más rápido después de hacer ejercicio que cuando no se ejercitaban.
Estos son algunos ejemplos de descansos con movimiento:
Estiramientos que incluyen posturas de yoga (perro, gato, vaca) y movimientos de animales (caminar como un oso, saltar como una rana, volar como un pájaro).
Flexiones apoyados en la pared o sobre el suelo.
Actividades con pelotas.
Abdominales.
Saltar.
Correr en el mismo lugar lo más rápido posible.
Inclinarse, tocarse los dedos de los pies y regresar lentamente a la posición inicial.
También pueden ayudar actividades que se utilizan como parte de una dieta sensorial: actividades motoras orales (como masticar un alimento crujiente) o actividades táctiles (como usar plastilina).
Revise un ejemplo de dieta sensorial con más de 50 sugerencias de actividades.
Los descansos mentales no tienen que ser activos. Las actividades tranquilas pueden tener beneficios similares. Además, pueden ser una opción más adecuada para los niños a los que la actividad física podría excitarlos, y por lo tanto dificultar que se concentren.
Para los niños que necesitan tranquilidad, un descanso mental puede ser tan simple como quedarse quieto y observar la respiración.
Pedirle a los niños que hagan una meditación guiada, un dibujo dirigido o garabatos también puede funcionar. Unos pocos minutos pueden ser suficientes para que el cerebro se recargue.
Algunos niños necesitan un descanso mental cuando se sienten frustrados o distraídos. Para otros funciona como una recompensa por haberse enfocado durante cierto tiempo o por avanzar hacia una meta. (Por ejemplo, tomar un descanso después de 10 minutos de lectura en silencio puede ayudarlos a terminar 30 minutos de lectura).
Hay dos formas de programar descansos: Por intervalos de tiempo o por número de tareas completadas.
Descansos a intervalos: Alos niños más pequeños los ayuda tomar descansos cada cierto tiempo. Por ejemplo, trabajar durante cinco minutos y luego descansar durante dos minutos.
Puede usar un reloj para ayudarlos a entender el paso del tiempo y cuánto pueden hacer en un lapso de tiempo determinado.
Explique cuánto durará el descanso y la actividad que seguirá a continuación. Luego, empiece a contar el tiempo. Cuando el descanso termine diga: ¡Ahora tienes que volver a tu tarea!”
Descanso por número de tareas completadas: Alos niños de más edad les suele beneficiar tomar descansos después de terminar un cierto número de actividades. Por ejemplo, una vez que terminen la tarea de matemáticas, pueden descansar de 5 a 10 minutos antes de pasar a la tarea de inglés. O pueden tomarse un descanso después de terminar 5 de los 10 problemas de matemáticas.
Pruebe usar un contrato para la tarea escolar para planificar cuándo tomar descansos mentales.