Desde el corazón: 30 relatos de personas que piensan y aprenden diferente

¿Ya se enteró? Octubre es el Mes de la Concientización del , Mes de la Concientización de la y el Mes de la Concientización de las . Ayúdenos a informar y empoderar familias compartiendo estos relatos personales. Estaremos publicando un relato de celebridades, expertos, madres, padres, familiares y chicos con dificultades de aprendizaje y de atención cada día.

Daymond John

Voy a dar una conferencia para 5.000 personas y preguntaré: ‘¿Cuántas personas aquí son disléxicas?’ Cuatro personas levantarán la mano. Y, por lo general, son los CEOs y personas muy, muy poderosas las que levantan la mano. Sin embargo, las personas que trabajan en esos ambientes sienten vergüenza y temor y no lo dicen. Y entonces comienzo a darle las estadísticas sobre Will Smith y Tom Cruise y yo mismo y los cuatro Sharks y, entonces, de repente todos en el auditorio son disléxicos y levantan la mano. Quiero concientizar a las personas. Queremos asegurarnos que todas las personas sean evaluadas si creen que tienen dificultad para aprender.

—Daymond John, empresario y protagonista del programa de T.V Shark Tank

Savannah Treviño-Casias

Estaba cansada de aborrecer las matemáticas. Estaba cansada de pensar que era incompetente. Todos querían ayudarme a salir adelante: mi mamá, mis maestros y mis amigos. La única persona que faltaba era yo. Tenía que entender mi discalculia por lo que era, algo que me hacía diferente, pero no tonta o inferior a los demás. Las matemáticas eran difíciles para mí pero no imposible. No había nada malo en recibir ayuda por mis dificultades.

—Savannah Treviño-Casias, ganadora de la beca Anne Ford del 2015

Ellen Braaten

Mi hijo de 21 años tiene dificultades con la velocidad de procesamiento (y ). Mi hijo y yo nos parecemos de muchas maneras. Sin embargo, somos bastante diferentes en cuanto a la rapidez con que captamos y manejamos información. Él habla lentamente y escoge sus palabras con cuidado. Yo hablo rápido y siempre tengo (quizás) demasiado que decir. … Los chicos cuya velocidad de procesamiento es más lenta podrían estar desfasados de las exigencias del mundo real. Pero tienen habilidades y un ritmo nato que creo nuestra sociedad necesita urgentemente. Un enfoque más lento, mas reflexivo y menos apurado de la vida es inherente en ellos.

—Ellen Braaten, psicóloga infantil y experta de Understood

Madison Rose

Por mucho tiempo pensé que no era capaz de aprender. Pero todo cambió una mañana en 11o grado. En una reunión del IEP, el director de recursos dijo: “Madison, ¿sabes que tus habilidades cognitivas verbales están en el percentil 97?”. Yo no tenía idea de lo que eso significaba, pero me iluminó por dentro. ¿Por qué? Porque no sólo se trataba de mi mamá reconfortándome. Esto era ciencia. Y me dio confianza y me condujo a la Universidad Gonzaga y a Eye to Eye, donde estoy ayudando a chicos como yo a apreciar el hecho de que nosotros pensamos de manera diferente.

¿Cuál es su principal preocupación?

Obtenga respuestas a todas sus preguntas con el Asistente de Understood.

—Madison Rose, estudiante de y coordinador estudiantil en Eye to Eye

Claudia Rinaldi

Mi hijo mayor es muy activo. Cuando comenzó 1er grado no podía permanecer sentado en clase, y a mi me preocupaba porque sé que en mi familia hay casos de TDAH. Un día fui a su clase para observarlo, y me sorprendió que su maestra le permitiera moverse por el salón mientras enseñaba. A la maestra no le importaba tanto si moverse lo ayudaba a aprender y si no perturbaba a los otros niños. Al final del año escolar, y gracias a los apoyos informales que ella le dio, mi hijo era capaz de prestar atención en clase, pero lo más importante fue que ¡él estaba contento!

—Claudia Rinaldi, experta en la enseñanza de estudiantes del idioma inglés que tienen discapacidades del aprendizaje

Tammy Mobley

En cuarto grado, ayudamos a Mari a practicar cómo responder si alguien se burlaba de ella por leer con lentitud. El primer paso: Estar de acuerdo con el bromista. Luego, decir algo obvio, pero no desagradable, acerca de esa persona. “Sí, leo lentamente, y tú eres más bajo que yo. ¿Hay algo más que quisieras discutir?”. Jugar a los roles fue muy importante. Una buena enseñanza de la lectura es muy importante, pero también tiene que proteger los sentimientos de su hija. Ahora que mi hija es mayor, sabe que tener dislexia no es motivo de vergüenza. En su currículo aparece que ella estuvo en un programa de tutoría para estudiantes con discapacidades en Yale.

—Tammy Mobley, miembro del Consejo Asesor de padres de Understood

Lisa Ling

Yo tenía problemas para concentrarme en la escuela y eso realmente afectó mis calificaciones y la confianza en mí misma. Tuve que intentarlo y esforzarme mucho para salir adelante. Creo que aprender esas habilidades y exigirme a mí misma me ayudó a convertirme en la persona que soy. El TDAH me inspiró a desarrollar una ética de trabajo que tal vez no hubiese tenido si no hubiese sido por los problemas que enfrenté mientras crecía. …Hago cosas que me ayudan a enfocarme. Todos los días tengo momentos de tranquilidad. He aprendido que, cuando mi mente se dispersa, necesito enfocarme.

—Lisa Ling, periodista y miembro del Consejo Defensores de Understood (Source: Today’s Parent)

Amanda Morin

Tener un hijo con dificultades del procesamiento sensorial me hizo darme cuenta de todas las cosas que solía dar por sentado. A mi hijo le resulta incómodo y abrumador salir a pedir dulces en Halloween. No disfruta correr descalzo sobre el césped cruzando un rociador de agua. Pero entender sus dificultades hace que sea más satisfactorio cuando encontramos maneras de que experimente las transiciones típicas de la infancia. Planeamos nuestro viaje a Disney usando una guía de atracciones y un calendario para evitar la multitud. También llevamos auriculares que cancelaban el ruido y nuestro deleite al escuchar sus carcajadas y verlo tan alegre, como él mismo dijo, “sólo un chico común con platillos en los oídos”.

—Amanda Morin, madre defensora y experta en Understood

Gavin Newsom

Me enteré por primera vez que tenía dislexia cuando tenía siete u ocho años de edad… Mi mamá nunca me dejó que la usara como excusa. Ella siempre estaba dispuesta a ayudarme y asegurarse que recibiera apoyo durante los meses de verano. Y trabajó más duro para asegurarse que yo contara con los recursos necesarios y siempre me dijo que estaba bien. El problema para mí fue el estrés, la frustración, la ansiedad y esa dificultad con la autoestima: soy tonto, no soy capaz. Así que su labor fue ser solo mentora y entrenadora y decir todo está bien, todo está bien, todo está bien.

—Gavin Newsom, asistente del gobernador de California

Jeffry Spahr

El momento de nuestro gran “ah” llegó el día que escuchamos por casualidad a un compañero de clase de Jack referirse a él como “uno de los chicos que se portaban mal”. Así fue como nos enteramos que nuestro hijo se tenía que quedar dentro del salón de clases durante su receso. El maestro lo había estado haciendo para que Jack siguiera reglas como sentarse en su asiento y levantar la mano. El comentario del “chico malo” nos hizo darnos cuenta que teníamos que aprender lo más que pudiéramos sobre el TDAH y otras dificultades que tiene nuestro hijo, y dedicarnos a colaborar con la escuela para asegurarnos que sus necesidades estaban siendo atendidas. Permitir que nuestro hijo liberara energía en el receso fue el primero de los muchos cambios que lo beneficiaron.

—Jeffry Spahr, miembro del Consejo Directivo de CHADD

Scott Thourson

El mayor reto de tener dificultades de aprendizaje y de atención es no aceptar que aprendes de manera diferente, es tener confianza en cómo aprendes de manera diferente. En mi primer año de bachillerato obtuve C en química y tardé otro año tratando de aprender yendo contra la corriente. Luego puse todos mis trabajos escolares a un lado y convertí el garaje del auto de mi mamá en un taller mecánico sin autos. Al aprender a través de mis propios proyectos, mejoré mis calificaciones, me gradué y ahora estoy en un laboratorio de química realizando un programa de doctorado (Ph.D.) en bioingeniería. Recuerde: Existen muchas personas con discapacidades del aprendizaje y TDAH. Sin embargo, no existe nadie que aprenda exactamente como usted lo hace.

—Scott Thourson, estudiante de postgrado en Georgia Tech y coordinador estudiantil en Eye to Eye

Andrea Davis Pinkney

Hubo una época en la que no podía lograr que mi hijo leyera un libro, aunque le regalara un billete nuevo de $20. ¿Se lo puede imaginar? ¡Mi esposo y yo escribimos libros! Como padres de niños con dislexia y TDAH tuvimos que probar y aprender de nuestros errores para ayudarlos a convertirse en lectores ávidos. Aprendimos que si les damos un sermón sobre la importancia de leer diciéndoles: “es bueno para ustedes”, entonces no funcionará. Es como decirles “¡Hey chicos, vamos al dentista! ¡Es bueno para ustedes!”. También descubrimos que muchas actividades incluyen lectura. Leer blogs de modas, historietas o recetas, todo cuenta.

—Andrea Davis Pinkney, autora de libros para niños best-selling y miembro del Consejo Asesor de Padres de Understood

Bill Cassidy

La dislexia es un asunto importante para mí, tanto como padre como senador. Hace un par de años, mi hija menor fue diagnosticada con dislexia. Impulsado por mi preocupación por mi hija y por los hijos de mis constituyentes, me propuse aprender lo más que pudiera sobre la dislexia. Me sorprendió descubrir que, a pesar de que se sabe mucho sobre esta condición, con mucha frecuencia no está incorporada en las políticas públicas ni en la educación. Desde entonces, una de mis metas ha sido crear conciencia, educar a otros miembros del Congreso y promover políticas para eliminar los obstáculos que enfrentan las personas que tienen dislexia. Más esfuerzos deben hacerse para asegurar que todos los estudiantes con dislexia tengan la oportunidad de leer, aprender, demostrar lo que saben, y desarrollar su potencial a plenitud.

—Dr. Bill Cassidy, Senador de los Estados Unidos (R-LA)

Jim Rein

Siempre he tenido grandes problemas para escribir a mano, así como otros tipos de dificultades de aprendizaje y de atención. Todavía detesto tener que escribir algo a mano. Menos mal que existen las computadoras, aunque no existían cuando yo era niño. Aún sostengo el lápiz usando un sostenedor para lápices poco ortodoxo y tengo que tomarme un descanso cuando escribo a mano. Debería señalar que mi disgrafía no me ha impedido escribir canciones que han sido exitosas, una película y numerosos artículos. Tener dificultad para escribir a mano no está relacionado con la inteligencia ni la creatividad.

Jim Rein, experto de Understood y ex-decano de New York Institute of Technology

Eliana Tardio

Yo nunca fui físicamente hiperactiva, pero siempre fui mentalmente hiperactiva. Mi mente es como una autopista con varios carriles, con mis pensamientos yendo y viniendo en diferentes direcciones todo el tiempo. Crecí sintiéndome avergonzada por mi carencia de habilidades sociales. Siempre me metía en problemas por decir cosas inapropiadas. Me diagnosticaron con TDAH ya de adulta. Fue después de que nacieran mis dos hijos, los dos con síndrome de Down, que aprendí a organizarme de manera eficaz. Ahora tengo una vida muy estructurada. Mis desafíos con la atención siguen siendo los mismos. Pero he dominado mi impulsividad para convertirme en lo que soy hoy en día: la mejor defensora de mis hijos y una escritora y oradora apasionada.

—Eliana Tardio, bloguera y directora de diversidad de un Centro de Capacitación en Información para Padres (PTI)

Suzanne Lang

Estoy tan agradecida. Me siento tan orgullosa. Mi hijo pasó de ser el niño de sexto grado que apenas podía escribir una oración coherente a ser un estudiante universitario que obtiene A- en su curso de escritura. Después de sus dificultades durante la primaria, nos sentimos muy afortunados de haber encontrado una escuela especializada que pudo darle el apoyo que necesitaba. Ahí fue que observe cómo volvía a sentirse seguro de sí mismo. El mismo niño que una vez le dijo a su equipo de evaluación “Yo soy tonto”, se volvió un chico seguro que ayudó a otros chicos a aprender. Ahora está en un colegio universitario estudiando ingeniería mecánica. Él construye automóviles para niños, ¡y también cocina!

—Suzanne Lang, gerente de alianzas de Understood, y madre de un chico con dislexia y TDAH

Rae Jacobson

El día que me diagnosticaron TDAH mi vida cambió. Yo tenía 21 años, estaba confundida y a la deriva. Desde que tengo memoria, he luchado por estar a flote. Y luego de un desastroso primer año en la universidad, mi autoestima estaba por el piso. Mientras el doctor explicaba mi diagnóstico, sentí un gran alivio recorriendo mi cuerpo. Durante muchos años había pensado que mis síntomas de TDAH eran fracasos personales. Ahora los veo por lo que son: patrones que indican que mi cerebro funciona de manera diferente, algo que puedo aceptar y manejar. Ser diagnosticada fue un momento decisivo que me ayudó a empezar a construir un mejor futuro.

—Rae Jacobson, escritora

Andy Kavulich

No mucho después de que esta foto fuera tomada, mi hija fue diagnosticada con dislexia, lo cual nos condujo a una experiencia asombrosa. Grace ahora tiene 15 años y ha tenido un progreso tremendo gracias a la enseñanza multisensorial de la lectura, el software texto-a-voz y otros servicios y ayudas que nos alegra haber encontrado desde temprano. Estamos agradecidos por los fabulosos padres/madres/familiares defensores que hemos conocido a nivel local, estatal y nacional quienes han compartido su conocimiento y trabajan infatigablemente para ayudar a los chicos con dislexia a obtener los recursos que necesitan para salir adelante. Yo ahora comparto ese profundo sentido de responsabilidad de ayudar a otras familias que siguen una travesía similar.

—Andy Kavulich, miembro fundador de Decoding Dyslexia en Nueva Jersey

Sunita Subramanian

Vijay es increíblemente inteligente, articulado y seguro de sí mismo. Durante el preescolar hubieron señales de alarma importantes que se discutieron en la conferencia de padres y maestros de primavera. Él solo podía reconocer 9 de las 26 letras del alfabeto, primer indicio de su dislexia. Cuando terminó kinder comenzamos a llevarlo a sesiones de tutoría dos veces por semana porque batallaba para leer. Su tutor era un especialista en lectura que usaba Orton-Gillingham, y fue mágico. ¡MÁGICO! Con esfuerzo y perseverancia, mi hijo alcanzó un nivel de lectura de segundo grado y su confianza en sí mismo se disparó. Nos enteramos que además de dislexia tiene TDAH, así que hemos estado trabajando en mejorar su atención y su capacidad de organización. Tuvo un buen comienzo en cuarto grado. Me siento muy orgullosa de él y esto segura que le va a ir muy bien.

—Sunita Subramanian, madre de tres niños que vive en Nueva Jersey

Stan Gloss

Durante la primaria, leer y escribir eran tan difíciles para mí que tenía que fingir ataques de asma para quedarme en casa y no ir a la escuela. Algo que realmente me ayudó fue cuando mi médico se convirtió en mi mentor. Me pasaba horas después de la escuela aprendiendo con él cómo interpretar las radiografías y evaluando especímenes en el microscopio. Cuando estaba con él me sentía capaz e inteligente. Relacionar el mundo a mi alrededor con lo que estaba estudiando impulsó mi carrera académica. A los 24 años me convertí en el profesor asistente más joven del Quinnipiac College y, actualmente, soy el CEO de una compañía que construye super-computadoras para acelerar los descubrimientos científicos. He aceptado mi dislexia como un regalo extraordinario y como parte esencial de lo que me hace un emprendedor.

—Stan Gloss, Socio fundador y CEO de BioTeam Inc.

Victoria Biggs

Perderme en mi propio vecindario, ser incapaz de usar un abrelatas o atarme los cordones de los zapatos, tener dificultad para hacer amigos y mancharme toda la ropa cuando trataba de comer, darme cuenta que todas estás cosas estaban todas relacionadas y tenían un nombre fue una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Finalmente me pude sentir cómoda con mi cabeza y saber que yo no era inepta o perezosa, sólo diferente.

—Victoria Biggs, autora de Caged in Chaos: A Dyspraxic Guide to Breaking Free

Ryan Bruhn

Muchas personas en el mundo luchan y se enfrentan a desafíos. Me hace sentir mejor saber que no soy el único. Este verano fui a Camp Eye to Eye. Todos los consejeros y niños en ese campamento tienen condiciones como TDAH o dislexia. Fue muy divertido. Hubo un curso de cuerdas e hicimos rapel. También hicimos proyectos de arte. Mi favorito fue “The Ball of Awesome”. En un lado escribimos con qué teníamos dificultad. En el otro escribimos qué hacíamos bien. Hay muchas cosas que hago muy bien, y las cosas con las que tengo dificultad terminaron siendo tan solo una astilla diminuta. Yo me esfuerzo mucho en las cosas que me resultan difíciles. Mis consejeros me enseñaron que tengo que seguir esforzándome, pero que no soy el único.

—Ryan Bruhn, estudiante de sexto grado

Larry Bucshon

Fue muy difícil ver a nuestra hija batallar para aprender a leer. Le daba temor leer en voz alta en clase, y nos preocupaba que lo que pensaran sus compañeros de clase afectara su autoestima. Mi esposa y yo buscamos servicios de tutoría especial y, con esfuerzo, nuestra hija no sólo fue capaz de ponerse al día sino de sobresalir. Con el tiempo ella descubrió sus habilidades en matemáticas y ciencias, lo cual la ayudó a mejorar la confianza en sí misma. No fue hasta el bachillerato que averiguamos que tenía dislexia. Ese diagnóstico la ayudó a entender cómo funciona su cerebro y a darse cuenta que ser diferente le da algunas ventajas. Yo estoy muy orgulloso de lo mucho que se ha esforzado para superar esos desafíos y no permitir que sean un obstáculo para lograr sus metas.

—Dr. Larry Bucshon, Diputado de los Estados Unidos (R-IN)

José Alvarez

Recuerdo cuando en segundo grado quería leer los libros que mis amigos estaban leyendo, pero no entendía ni una palabra de lo que decían. Parecían como manchas. He estado trabajando con la Srta. Henkels. Ella es mi maestra de dislexia (así llamo a mi especialista en lectura). Ella es fantástica ayudándome. Ya no tengo que fingir que leo. También uso Bookshare, al que tengo acceso a través de mi escuela. Este servicio resalta las palabras para que las puedas ver mientras que la computadora las lee en voz alta. Mi libros favoritos hasta ahora son The 39 Clues y Percy Jackson. El padre de Percy es Poseidón, y Percy es un semidiós, mitad humano, mitad dios. El libro dice que Percy tiene dislexia y TDAH, igual que yo. Creo que eso es genial.

—José Alvarez, estudiante de cuarto grado

Giselle Ceja

Mi hermana nunca fue evaluada para determinar si tenía dificultades de aprendizaje. Mi mamá nunca solicitó un IEP. Nuestra familia no sabía que existían esas opciones. Hasta el día de hoy, mi hermana lucha con los síntomas clásicos de la dislexia. Ella tiene dificultades con la lectura y con la escritura, pero nunca ha sido formalmente identificada con una dificultad de aprendizaje. La buena noticia es que los niños son resistentes. Algunas veces, el amor y las buenas intenciones de los padres pueden hacer maravillas. Mi madre lo hizo lo mejor que pudo y, por suerte, eso fue suficiente para mi hermana. Mi hermana se dio por vencida a pesar de sus dificultades académicas. Actualmente, es maestra de tercer grado y tiene una maestría en educación.

—Giselle Ceja, terapista de familia y experta de Understood

Susan Webster

La educación en la casa nos cambió la vida. Nuestra meta era que nuestro hijo de segundo grado aprendiera a vivir con su TDAH y fuera feliz y funcional. El aprendizaje práctico, las lecciones cortas, prestar atención a la dieta y hacer ejercicio nos permitió manejar las dificultades de aprendizaje y de comportamiento de Zachary. Un terapeuta ocupacional nos ayudó con estrategias de enfoque que no incluían medicamentos. Ahora, con 16 años, nuestro hijo ha encontrado la pasión por aprender. Un tutor lo ayuda a él y a sus compañeros a reflexionar, hacer preguntas y resolver problemas. El salón de clases favorito de Zachary es el bosque, donde practica habilidades de supervivencia avanzada así como manualidades como cerámica y el curtido del cuero. Ha dejado de decir, “soy un mal estudiante”. Ahora es un estudiante motivado que dice, “puedo hacer esto. Me gusta solucionar problemas. Quiero ser ingeniero”.

—Susan Webster, mamá en Connecticut que educa a su hijo en la casa

Ampy Moreno

My papá no quería que fuera peluquera. Pero todos los días le agradezco a Dios ser capaz de ganarme la vida con mi profesión y sentirme contenta con lo que hago. Cuando estoy en la peluquería trabajando con cinco clientes al mismo tiempo, estoy hiperenfocada. Estoy concentrada. No sé cómo logro hacer varias cosas al mismo tiempo cuando estoy en el trabajo, pero mi sueño es abrir mi propia peluquería. Nunca fui formalmente diagnosticada con TDAH ni dislexia. Mi papá no permitió que me evaluaran. Él pensaba que sólo necesitaba esforzarme más. Cuando pienso en el pasado, me doy cuenta que necesitaba algo diferente. Necesitaba algo más. Estoy muy contenta que mi hijo tenga un . Le está yendo muy bien. El IEP realmente ayuda.

—Ampy Moreno, peluquera

Elias “Lee” Martinez Jr.

En la escuela técnica me podía enfocar en electrónicos, que es lo que siempre me ha gustado. No tuve que tomar el montón de cursos que son requeridos en una carrera de cuatro años. Me pude especializar de inmediato. Uno de mis profesores se dio cuenta que estaba cometiendo unos errores raros, como escribir números en el orden equivocado. Eso fue lo que condujo a que fuera diagnosticado con dislexia. La escuela me ayudó mucho, como permitirme hacer los exámenes oralmente. Obtuve mi título asociado y ahora soy el jefe de ingeniería de KGBT. También ayudo a capacitar familias sobre sus derechos en las escuelas. Yo le digo a los niños, “no permitas que nadie te menosprecie. No permitas que nadie te diga que no lo puedes hacer.”

—Elias “Lee” Martinez Jr., jefe de ingeniería de la estación KGBT en Harlingen, Texas

Michael Bennet

Recuerdo a mis padres diciéndome que iba a repetir segundo grado y lo decepcionado que me sentí. Pero resultó siendo algo bueno para mí. Me esforcé más y tuve el tiempo y la atención que necesitaba para descubrir cómo compensar mi dislexia. Como adulto, tuve la oportunidad de ser el superintendente de Denver Public Schools. Fue el mejor trabajo de mi vida. Me encantaba. En ese trabajo me di cuenta que teníamos retos tremendos a la hora de educar a nuestros niños, especialmente aquellos que vivían en la pobreza y los que tenían discapacidades del aprendizaje. Necesitamos hacer una labor mejor para asegurar que todos niños tengan los apoyos y las herramientas que necesitan para progresar.

—Michael Bennet, Senador de los Estados Unidos de Norteamérica (D-CO)

Madalyne Hymas

Cuando te has pasado toda tu infancia esforzándote por hacer las cosas de la misma manera que los demás y escuchando que eres estúpido porque no puedes hacerlo, es fácil comenzar a creértelo. Crecí creyendo que no había nada positivo en tener dislexia, que era sólo una “enfermedad” que me condujo a clases de educación especial. Me tomó casi dos décadas entender que NO estoy enferma, que NO soy estúpida y que, de hecho, mi dislexia me hace ser una mejor diseñadora, educadora y amiga. Estoy entusiasmada que mi pasión por proporcionar información precisa sobre la dislexia ha llegado a muchas personas en muchos lugares, ¡incluyendo el Smithsonian! Mi esperanza es que al entender mejor qué es la dislexia, ningún chico se sentirá estúpido o “menos que” nadie por tenerla.

—Madalyne Marie Hymas, diseñadora gráfica