Las discapacidades de aprendizaje no verbal y los deportes: Cómo contradije el mito

Flashback: Tengo 11 años y estoy sentada en mi clase de gimnasia. Las dos capitanas están seleccionando los integrantes de los equipos de fútbol.

Me levanto deseando que me seleccionen. Quiero ser una atleta. Quiero ser fuerte. Pero de nuevo soy seleccionada al final, y una sensación de enojo y dolor aumenta dentro de mí.

Al crecer, mis dificultades con las habilidades motoras y la percepción de profundidad, así como con mis dificultades visoespaciales me dificultaron hacer cosas como patear un balón de fútbol o batear una pelota de béisbol. Estas dificultades son provocadas por mi discapacidad de aprendizaje no verbal o TANV (NVLD, por sus siglas en inglés). Pero debido a que no fui diagnosticada con TANV hasta los 14 años, durante años asumí que no era buena en deportes.

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Tanto adultos como niños me decían cosas como: “No eres buena en deportes”. “No es lo tuyo”.

¿Quién eres tú para decirme en qué no soy buena?, pensé para mis adentros. Yo solo quería correr. Correr alrededor del gimnasio 10 veces me hacía sonreír. Cuando corría, me sentía viva. Me sentía libre. Me sentía invencible.

Sin embargo, esos sentimientos no duraron. Sinceramente empecé a creer lo que las personas decían de mí y eso tambaleó la confianza en mí misma. Durante la escuela media y el bachillerato me dije que tenía que aceptar que nunca sería lo suficientemente buena como para ser una verdadera atleta. Tampoco ayudó que estuviera teniendo problemas con los deberes escolares.

Al terminar bachillerato decidí ingresar a Landmark, una universidad para estudiantes con dificultades de aprendizaje. Cuando comencé, me repetía que estaba iniciando una nueva vida. Por lo que reuní valor para unirme al equipo de sóftbol con varias amigas (la escuela tiene una política en deportes abierta a todos los estudiantes).

Me sentía ansiosa de que las personas pudieran reírse de mí, porque nunca había jugado sóftbol. Sin embargo, tuve una entrenadora maravillosa que me demostró que mis ideas negativas eran erróneas.

Ella me enseñó los fundamentos del juego: cómo sostener el bate, cómo saber cuándo tenía que golpear la pelota, cómo atrapar la pelota en el campo. Practicamos de una manera que tenía en cuenta mis problemas de aprendizaje. Incluso gané un premio como la “jugadora que más había mejorado”.

Al haber intentado el sóftbol, decidí unirme al equipo de carrera a campo traviesa. En el fondo de mí, siempre había querido ser corredora. Recordé cómo me sentía cuando corría en la clase de gimnasia y quería sentirme así nuevamente. En mi segundo año de universidad, corrí mi primera carrera de 5 km y terminé en 28 minutos.

El TANV no desaparece. Sigo teniendo dificultades con la percepción de la profundidad, las habilidades motoras y la coordinación. Pero esas dificultades no afectan mi capacidad de correr, como sí lo hacen con deportes como el fútbol y el béisbol.

Solo veo correr como poner un pie delante del otro. Tampoco tengo dificultades importantes para orientarme ni con las relaciones espaciales, como les sucede a algunas personas que tienen TANV. Y cuando corro al aire libre (que me encanta), trato de correr con amigos para no salirme del camino.

El pasado abril hice mi mejor tiempo en una carrera de 5 km: 24 minutos. Un día espero correr el maratón de Nueva York. Si me entreno lo suficiente, sé que puedo lograrlo.

Para mí, correr es una manera tangible de sentir una conexión espiritual entre mi cuerpo moviéndose con rapidez, mis pies sobre el piso y todo lo que me rodea. No hay mejor sensación que cruzar la línea de la meta.

He escuchado muchas veces que a los chicos con TANV no les gustan los deportes o que no son buenos en ellos. Creo que les estoy demostrando que están equivocados. Yo tengo TANV y soy una atleta y una corredora.

Si usted o su hijo tienen una dificultad de aprendizaje, no permita que otros dicten lo que pueden o no pueden hacer. Es muy importante encontrar qué nos motiva en la vida. Las cosas que nos apasionan se convierten en nuestra protección emocional. Eso es particularmente cierto para los que tenemos dificultades de aprendizaje y de atención y hemos tenido que enfrentar muchos diferentes obstáculos.

Obtenga sugerencias sobre cómo hablar con los entrenadores acerca de las dificultades de aprendizaje y de atención de su hijo. Y revise una lista de deportes para los chicos con dificultades de las habilidades motoras.

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