Lo que le digo a las familias hispanas cuando su hijo es diagnosticado con TDAH

Gran parte de mis días la paso trabajando de cerca con padres hispanos y sus hijos. Soy terapeuta y ayudo a esas familias a identificar obstáculos que impiden que sus niños logren su máximo potencial, tanto en la casa como en la escuela.

Algunas familias son muy abiertas y aceptan cualquier ayuda disponible. Otras pueden ser reservadas y cautelosas.

Hace algunos días realicé la evaluación inicial de un niño de cinco años de ascendencia mexicana. Sus padres lo trajeron a mi consulta porque es impulsivo, desafiante, hiperactivo e incapaz de concentrarse. Sobra decir que tiene problemas en la escuela.

A pesar de que su maestra afirma que es “muy inteligente”, sus calificaciones no son buenas porque no termina sus deberes. Ella dice que pasa la mayor parte del tiempo “molestando a otros”.

De inmediato pensé que podría tener el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. El TDAH suele ser identificado alrededor de los 7 años de edad, pero a veces antes. Puede ser difícil identificarlo correctamente. Muchos de sus síntomas pueden confundirse con características “típicas” del desarrollo infantil.

Siempre trato de ser delicada cuando menciono el TDAH a los padres, ya que algunas familias se avergüenzan cuando lo escuchan.

Mientras hablaba con los papás del niño, les dije con gentileza que sospechaba que su hijo tenía TDAH. Me respondieron que el pediatra de su hijo ya lo había mencionado. También dejaron claro de inmediato que no querían que su hijo tomara medicamentos.

Las familias con las que trabajo se sienten frecuentemente abrumadas por el comportamiento de su hijo. Sin embargo, me dicen que no quieren el tipo de “ayuda” que podría “cambiar la personalidad” de su hijo. Usualmente se refieren a los medicamentos.

Aunque los medicamentos para el TDAH pueden ser una opción para algunos niños, no son la única opción. Siempre me aseguro de que las familias lo sepan. De hecho, gran parte de mi trabajo es explicar a los padres los tratamientos disponibles.

Otra parte de mi trabajo es explorar las emociones que surgen al escuchar que un niño podría ser diferente.

Los padres de este niño de cinco años estaban muy preocupados. Me dijeron que les preocupaba que a su hijo estuviera yendo mal en la escuela. También me dijeron que los otros niños no querían ser amigos de su hijo. Se sentían avergonzados porque su maestra a menudo enviaba notas a la casa notificando su “mal comportamiento”.

A veces desearía tener el poder de mejorarlo todo por arte de magia. Pero no es así. Como terapeuta sólo puedo escuchar a los padres. Sólo les puedo dar información y mi opinión con la esperanza de que los ayude a sentirse menos ansiosos y avergonzados.

Les digo que no son los únicos, que hay muchos niños que aprenden de manera diferente y necesitan más apoyo en la escuela. Les digo que hay muchos adultos exitosos que tuvieron dificultades cuando eran niños debido a sus diferencias en la manera de pensar y aprender.

También les menciono algunos hispanos famosos que tienen dislexia, como los actores Salma Hayek y Edward James Olmos. Señalo que los mexicanos Uriel Adriano (campeón de tae kwon do) Alejandro González Iñárritu (director de cine ganador de varios Oscar) tienen TDAH. ¡Y vean lo que han logrado esas personas!

Al final de la evaluación, los padres del niño parecían tranquilos. Me dijeron que estaban abiertos a conocer las diferentes opciones de tratamiento. Estuvieron de acuerdo en regresar en varias semanas y dijeron que se sentían “mejor” luego de escuchar la información.

Lo más importante, me agradecieron por ayudarlos a entender que no eran la única familia que enfrentaba estas dificultades.

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