¿Qué es la sobrecarga sensorial?
Todos hemos experimentado una sobrecarga sensorial en algún momento. Pero no nos detenemos a pensar en eso ni le damos un nombre.
Una sobrecarga sensorial ocurre cuando algo a nuestro alrededor estimula excesivamente uno o más de nuestros sentidos. Podría ser el volumen alto de un televisor, una habitación llena de personas o una cafetería ruidosa y con un olor intenso. Nuestros sentidos reciben de manera repentina demasiada información para ser procesada por nuestro cerebro.
Por lo general suele ser fácil escapar de la incomodidad que estamos sintiendo. Nos vamos de la fiesta, comemos en otro lugar o nos salimos de la habitación donde está el televisor. Y si no, simplemente toleramos nuestra incomodidad.
Pero una sobrecarga es más intensa y mucho más difícil de manejar para los niños y adultos que tienen dificultades del procesamiento sensorial. Muchas situaciones de la vida cotidiana pueden desencadenar esa respuesta.
Por ejemplo, considere tener que entrar en un baño público. El ruido del secador de manos, el olor del baño y el eco de las voces puede ser abrumador y causar una sobrecarga sensorial.
Además, muchos aparatos en el baño puede que funcionen de manera automática, y por lo tanto estar fuera de nuestro control. La descarga de los inodoros se activa sin tener que accionar la palanca. El secador de manos comienza a funcionar sin oprimir un botón. Algunas personas podrían tener tanta dificultad con estas cosas que tienen una crisis sensorial.
La mejor manera de evitar una sobrecarga sensorial es saber qué la desencadena. Estas son algunas señales de que alguien pudiera estar experimentando una sobrecarga sensorial.
- Taparse los oídos, cerrar los ojos, cubrirse la cara.
- Evitar ciertos lugares.
- Llorar.
- Alejarse de ciertas situaciones.
- Aislarse y no responder preguntas.
- Quejarse de cierta ropa o texturas.
Si usted ve o experimenta cualquiera de estas señales, trate de alejarse o alejar a la persona de ese entorno. También puede intentar modificar la situación. Por ejemplo, podría cambiarse de mesa en un restaurante para alejarse de los altavoces que reproducen música a un volumen alto.
Tal vez no pueda evitar algunas de esas situaciones. Pero puede prepararse o preparar a su hijo para lo que sucederá, y proponer maneras de manejar esas situaciones. Además, probar cosas como una dieta sensorial o una silla sensorialmente apropiada en la casa pueden ayudar a mejorar la autorregulación y que la sobrecarga se sienta menos intensa.
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Acerca del autor

Acerca del autor
Ellen Braaten (PhD) es la directora del programa Learning and Emotional Assessment y codirectora de Clay Center for Young Healthy Minds, ambos en Massachusetts General Hospital.